Las fases de un tratamiento de adicciones
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Una de las preguntas más frecuentes de quienes sufren problemas con drogas, directa o indirectamente, es cuánto tiempo necesitarán para atravesar la puerta de salida una vez que acceden a un tratamiento de adicciones. Es decir: cuánto tiempo dura un tratamiento completo de adicciones. Y lo cierto es que, si bien esta puerta está abierta para quien quiera atravesarla, el tiempo en que se tarde en atravesarla depende de muchos factores, empezando por las características personales de la persona adicta.
No obstante, muchas veces esta pregunta en realidad busca averiguar el periodo que puede llevarle a una persona empezar el tratamiento y terminarlo. Y aquí se necesita de forma urgente una aclaración. La desintoxicación refiere a una etapa precisa dentro del tratamiento de adicciones, es decir, no al tratamiento total.
En concreto, la desintoxicación es la primera etapa del tratamiento de adicciones y dura entre una semana y 21 días, dependiendo del cuadro clínico que presente la persona adicta, el tipo de adicción que sufre, sus características físicas y psicológicas.
“¿Tan poco?”, suelen preguntar. Sí, pero es que esta parte del tratamiento no es más que el comienzo. La desintoxicación es el arranque de un camino hacia la salida, sin ella es imposible continuar hacia una recuperación plena, pero solo con ella volver a consumir ante el más mínimo estímulo será inevitable.
¿CUÁNTO TARDA EL CUERPO EN DESINTOXICARSE?
El manual de adicciones para psicólogos de Socidrogalcohol define la desintoxicación como “el proceso por el que se le retira a una persona, de modo seguro, una sustancia para reducir al mínimo los efectos del síndrome de abstinencia de la misma (ej., la desintoxicación del alcohol con benzodiacepinas).”
Dependiendo de la sustancia, y las características de la persona, el organismo tarda entre 7 y 21 días en desintoxicarse. Para ello, en el caso de las adicciones, el equipo médico puede emplear fármacos o drogas que estabilicen los síntomas de la abstinencia. Este grupo de medicamentos puede estar compuesto de ansiolíticos y tranquilizantes.
Con la utilización de fármacos se busca que la persona atraviese el síndrome de abstinencia de la forma menos drástica y riesgosa posible, partiendo de la base de que se trata de manifestaciones orgánicas incómodas y, en casos puntuales, de cierto riesgo. La capacidad de algunas drogas de suprimir el síndrome de abstinencia de otras se conoce como dependencia cruzada. Por ejemplo, la metadona se usa para aplacar el mono de la heroína; y las benzodiacepinas, el del alcohol.
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¿CÓMO SE SIENTE UNA DESINTOXICACIÓN?
El proceso de desintoxicación puede realizarse de forma ambulatoria o residencial. La primera consiste en acudir casi diariamente a un centro para que allí nos atienda un equipo terapéutico. La segunda requiere que la persona ingrese en un centro, clínica o piso terapéutico, para estar controlada las 24 horas del día.
Una desintoxicación consiste en “limpiar” el cuerpo de la sustancia por medio de la abstinencia. Esto despierta un síndrome conocido popularmente como «mono«, cuya profundidad o gravedad varía dependiendo de la droga o hábito comportamental compulsivo (ludopatía, por ejemplo).
El síndrome de abstinencia que surge durante la desintoxicación comprende una serie de síntomas físicos y psicológicos incómodos, desagradables y, en algunos casos, peligrosos para la vida, que sufre la persona adicta cuando deja de proporcionarle a su organismo el estímulo al que lo tenía acostumbrado.
Los síntomas del síndrome de abstinencia pueden ir desde sudoración hasta convulsiones, pasando por fiebre, dolores, irritabilidad del humor, ansiedad, entre otros. Para atender este cuadro se necesita la presencia de un equipo interdisciplinar, compuesto por personal médico, psiquiátrico, de enfermería…
En general, se procura que la persona atraviese la desintoxicación de forma ambulatoria, de modo que experimente los síntomas en su casa, con su entorno y en su zona de confort, con asistencia médica puntual. Pero si sus circunstancias familiares, sociales y patológicas lo impiden, debe ingresar en una unidad o centro de desintoxicación, privada o pública, donde la atención por parte de ese equipo sea más frecuente. Pero, además, para que reciba contención para que el síndrome de abstinencia no le induzcan a recurrir desesperadamente a su hábito.
Las circunstancias que pueden motivar el ingreso en un centro o unidad hospitalaria para la desintoxicación, son:
- Recaídas en las drogas repetidas tras varios tratamientos
- Desarraigo familiar
- Ambiente familiar y social riesgoso
- Presencia de otros trastornos orgánicos o psicológicos
- Patología dual
FASES DE DESINTOXICACIÓN AL ALCOHOL Y OTRAS ADICCIONES
¿Cuánto tiempo se tarda para recuperarse de las adicciones a las drogas?
A la desintoxicación le siguen otras etapas, igualmente fundamentales para salir de una adicción. Esto significa que la desintoxicación sería la puerta de entrada al proceso completo, y, en este sentido, la aceptación a recibir ayuda o, incluso, la predisposición a pedirla, representan la llave que la abre.
Un tratamiento de adicciones está compuesto de las siguientes fases:
- Desintoxicación
- Deshabituación
- Rehabilitación
- Reinserción
En total, este proceso de recuperación de una adicción puede durar entre 6 meses y dos años, o incluso más, dependiendo de cada caso. En las adicciones, como en cualquier proceso biológico y psicológico, nada es matemático. Por tanto, la respuesta a un mismo tratamiento será diferente según cada persona.
Tras pasar el síndrome de abstinencia y conseguirla, la persona debe empezar a aprender a vivir sin la necesidad de consumir. En otras palabras, físicamente está limpia y su organismo ha conseguido estabilizarse, funcionar, sin recibir sustancia. Ahora bien, las adicciones son mucho más que una dependencia física.
La necesidad de consumir responde a factores psicológicos, emocionales, conductuales… Por tanto, aunque esté desintoxicada, la persona volverá a consumir ante el mínimo estímulo, si solo se queda con esta fase. Empieza, entonces, la recuperación.
Y la segunda etapa pasa por deshabituarse de todas las conductas y decisiones que la llevan a consumir. La deshabituación consiste en cambiar, transformar, reordenar los hábitos de vida centrados en el consumo y en identificar aquellas situaciones que provocaban que consumiera para evitarlas.
Si hay algo que caracteriza a esta enfermedad es el caos que genera en cuanto a responsabilidades personales, familiares y sociales. Toda su vida gira en torno a la sustancia y, por tanto, se trata de reorientar las conductas del día a día, para alejarse del hábito de consumir.
La tercera fase del tratamiento integra las terapias grupal e individual. Se conoce como la rehabilitación y consiste en dotar a las personas de habilidades nuevas y en recuperar las perdidas a causa de la adicción. Habilidades para controlar impulsos, para relacionarse con el entorno, para gestionar los estados de ánimo que antes mitigaba con el consumo, y para mejorar las relaciones. En esta etapa se trabaja también con la familia de la persona.
Por último, en la cuarta fase, se trabaja en la reinserción de la persona. Dependiendo del deterioro y la exclusión a la que haya llegado la persona en su momento, esta etapa será más o menos complicada. Pero consiste, básicamente, en que la persona regrese a ocupar un lugar en su entorno social y familiar, con las nuevas habilidades, incorporadas durante el tratamiento.
En la fase de reinserción la persona recibe un seguimiento de tipo psicológico y médico. Pero, además, debe seguir asistiendo a terapia para revisar y continuar trabajando aquellos aspectos de su personalidad que puedan hacerla recaer. Algunas opiniones especializadas consideran que la adicción es una enfermedad crónica y que, por tanto, conviene asistir a terapias grupales y de desarrollo personal de forma permanente, para mantener a raya los posibles impulsos de recaer.
Muy buena información, precisa sin tanto tecnicismo. Muy agradecida.