Cuando la compulsividad no está asociada a una sustancia
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¿Cómo una persona puede estar enganchada a comportamientos autodestructivos con la misma compulsividad que si lo estuviera a la cocaína o a la marihuana? Es lo que se llama adicción conductual. Un tipo de adicción incomprendido (si cabe aún más que el resto) por gran parte de la sociedad.
Así que acudimos, para ampliar nuestra consciencia sobre esta enfermedad, a un especialista en el tema. Quién mejor para hablarnos de lo que hay detrás de una adicción conductual que Rosana Santolaria Gómez, integrante del directorio de especialistas en adicciones de Adictalia, es psicóloga residente en Teruel e integrante de la F.E.J.A.R. (Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados).
¿Qué implica una adicción conductual?
1. Pérdida de control sobre uso y frecuencia de una conducta
Una adicción conductual es un trastorno psicológico en el que la persona pierde el control del “uso” de una conducta. Es decir, sobre la cantidad y frecuencia con la que realiza esta conducta. Las consecuencias van desde problemas personales, psicológicos, laborales, académicos, sociales…
2. Comprende, entre otras, la adicción al juego o ludopatía, las compras compulsivas o la adicción al sexo
Las principales adicciones conductuales con las que trabajamos en psicología actualmente son:
- La adicción al juego o ludopatía
- Trastorno de de juego por Internet o trastorno por videojuegos, incluida recientemente en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales)
- La adicción a las compras
- Adicción al deporte o vigorexia
- Adicción a Internet o tecnologías en general
- Adicción al sexo
Ahora bien, oficialmente sólo están recogidas o consideradas hasta la fecha en los manuales diagnósticos y estadísticos de los trastornos mentales, el trastorno por juego o ludopatía y el trastorno de juegos por Internet, que es la adicción a videojuegos.
Aún no se ha dado la suficiente evidencia científica para recoger las otras adicciones en la última versión del DSM-5 o de la CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades). Aunque desde la psicología clínica en general esperan que en un futuro se consiga.
El trastorno por juego o ludopatía aparece por primera vez en el DSM-5 (la última versión de este manual editado por la Asociación de Psiquiatría Americana) como una “adicción”. Antes aparecía clasificado en el apartado de “trastorno de control de los impulsos”. También se ha incluido el trastorno por juego en Internet, pero como uno de los trastornos que requiere todavía más investigación para determinar su categoría de adicción.
3. Las adicciones conductuales que más preocupan: ludopatía y el trastorno por videojuegos, y también…
Detectamos como las adicciones conductuales más preocupantes en este momento el trastorno por juego o ludopatía y el trastorno por videojuegos, que además son las reconocidas como adicciones en las clasificaciones de enfermedades.
Y aunque no están reconocidas como tales, también estamos encontrando problemas importantes con el uso de las tecnologías. Podríamos hablar de adicción a las nuevas tecnologías o a internet, en este caso Internet.
También encontramos que aumenta la adicción a las compras, que de alguna manera está un poco asociada al gasto por Internet. Éstas son adicciones que están muy relacionadas. Y, por tanto, los límites para discriminar cuál es la problemática más importante (si el gasto o el abuso de Internet y la tecnología) resultan a menudo difusos.



4. Si bien existen rasgos potenciadores, ninguna persona se encuentra exenta de sufrir una adicción conductual
¿Qué motiva a que una persona pueda desarrollar una adicción conductual como la ludopatía o la adicción al sexo? Realmente nadie está exento: cualquier persona es susceptible de desarrollar una adicción o más adicciones a lo largo de su vida.
No obstante, se dan algunas características de personalidad que facilitan o favorecen la aparición de una adicción conductual, como:
- Impulsividad
- Rasgos personales y psicológicos como una baja tolerancia a la frustración, necesidad de evasión por dificultad para enfrentar problemas…
- Vulnerabilidades derivadas de antecedentes familiares por abuso de alcohol o drogas.
En cualquier caso, y dado que estamos en una sociedad de consumo, cada vez más todas las personas somos susceptibles de desarrollar, sobre todo, adicciones conductuales. Los factores anteriores pueden influir para desarrollar en algún momento de nuestra vida una o más adicciones, y muchos son factores comunes en esta sociedad.
5. La adicción conductual es una enfermedad, no una actitud viciosa elegida por la persona
¿Por qué las adicciones conductuales deben considerarse una enfermedad?
Las adicciones conductuales deben considerarse una enfermedad por la sencilla razón de que generan un deterioro y malestar clínico significativo en las personas. Un deterioro que a nivel físico quizá no sea tan directo como el acarreado por el abuso de una sustancia, pero que sí es indiscutible. Es indiscutible que la adicción psicológica provoca somatizaciones en los sistemas digestivo, neurológico, dermatológico, entre otros.
Por otra parte, la persona con adicción conductual manifiesta un malestar clínico significativo a nivel psicológico.
6. Aunque hay quienes discuten que exista, el uso abusivo y patológico de las nuevas tecnologías puede derivar en adicción
Pese a que hay profesionales que descreen de la adicción a las nuevas tecnologías y advierte sólo de un «uso preocupante» de éstas, personalmente considero que existe una línea roja en que ese uso inquietante se transforma en una adicción.
En otras palabras, al igual que en el uso de sustancias como el alcohol u otras drogas existe un uso social, un uso problemático y un uso abusivo o adicción; en las conductas nos encontramos con los mismos tipos de comportamientos. Así, el límite del uso problemático lo representa una delgada línea roja, tras la cual ya podemos hablar de adicción. Cierto es que el límite o punto de corte entre uso problemático o abuso no siempre resulta sencillo de determinar, pero sí creo que que existe la adicción a las nuevas tecnologías.
En las conductas nos encontramos con el mismo tipo de usos que se dan en relación con las sustancias como el alcohol u otras drogas: un uso social, un uso problemático y un uso abusivo o adicción.
7. Las adicciones conductuales activan los mismos estímulos cerebrales que las adicciones tóxicas
¿Qué diferencia una adicción conductual de una adicción a sustancia o tóxica en cuanto al mecanismo fisiológico y cerebral que se pone en marcha en el acto compulsivo?
Los estudios realizados hasta el momento conducen, la mayoría, a la conclusión de que los mecanismos cerebrales que se ponen en marcha con el uso de sustancias y con el uso de comportamiento o hábitos sin sustancia adictivos, son los mismos. En ambos casos se activa el circuito de recompensa, que involucra la dopamina y otros neurotransmisores.
Esto nos permite, precisamente, afirmar que existen los dos tipos de adicciones: a sustancias y conductuales. Porque los mecanismos cerebrales de la recompensa activados son exactamente los mismos.
8. Todas las adicciones tienen el mismo origen psicológico y ambiental
Podemos afirmar que todas las adicciones, más allá del tipo, tienen un origen psicológico y ambiental similar. Personalmente pienso que todas las adicciones pertenecen a la misma familia, tienen el mismo apellido y lo que cambia es el nombre con el que las diferenciamos.
En otras palabras: las problemáticas, o sea, las circunstancias que llevan a la persona a desarrollar una adicción, resultan muy similares tanto en adicciones con sustancia como conductuales. Una persona con altos niveles de impulsividad o con una baja tolerancia a la frustración, quien vive una serie de problemáticas para las que carece de herramientas adaptativas o de gestión para solucionarlas, buscará mecanismos de evasión. Y puede caer en una adicción conductual o tóxica, según su situación vital y factores personales, sociales, ambientales. Lo mismo que alguien con baja autoestima u otros rasgos, como los mencionados en un punto anterior.
9. La adicción conductual puede provocar la muerte de quien la sufre
¿Es más peligrosa o preocupante una adicción tóxica que una adicción conductual? Es decir, ¿pueden destruir a nivel físico, emocional, familiar, unas adicciones más que otras?
En todos los casos puede llegar a haber una destrucción total de la persona, llevándola a la muerte.
En las adicciones con sustancia, a todas nos constan las muertes que se han producido históricamente, antes más por consumo de heroína y ahora más por problemas físicos o infartos derivados del consumo. Pero también en el caso de las adicciones conductuales nos encontramos casos fatales. Si bien no existe un estudio de prevalencia nacional, nos consta que se dan numerosas muertes relacionadas con trastorno por juego o ludopatía por suicidio.
Incluso algunos accidentes de tráfico en los que no se llegan a determinar las causas, podrían esconder intención auto lítica de la persona que lo provoca. Y esa motivación, podría estar impulsada por una adicción.
Aunque resulta difícil establecer la relación causal entre adicción y muerte en estos casos, tenemos constatado que aproximadamente el 90% de las personas con trastorno por juego en algún momento han tenido ideación autolítica (suicida). De todas esas personas que han tenido ideación autolítica, un porcentaje importante lo ha intentado en algún momento. Y, por supuesto, siempre que existen tentativas de suicidio, algunas llegan a concretarse.
Incluso algunos accidentes de tráfico en los que no se llegan a determinar las causas, podrían esconder intención autolítica de la persona que lo provoca. Y esa motivación, podría estar impulsada por una adicción.
El nivel de destrucción de la persona en una adicción conductual puede llegar a niveles extremos. Además del deterioro laboral, familiar, pérdida de empleo, ruina económica, que sufre.



10. Salvo por la desintoxicación química, el tratamiento de una adicción conductual y una con sustancias es muy similar.
¿En qué difiere el tratamiento de una adicción conductual, como puede ser la ludopatía o las compras compulsivas, respecto al de una tóxica, como la adicción a la cocaína o a la marihuana?
El tratamiento de una adicción conductual es muy similar, en general, al de una adicción con sustancias. La diferencia radica en que en las adicciones conductuales resulta innecesario desintoxicar de químicos el organismo. Esta constituye la fase inicial en las adicciones tóxicas y, por tanto, sobra en el tratamiento de la adicción conductual. Las demás fases de tratamiento son las mismas:
- Deshabituación de la conducta.
- Restructuración cognitiva.
- Prevención de recaídas.
Estas etapas se dan de manera exactamente igual que en la adicción con sustancias. Y a veces, resultan más complicado de conseguirlas en el caso de las adicciones conductuales. Porque se dificulta más confirmar o tener la certeza fehaciente de que la persona ha dejado de realizar un uso abusivo de esa conducta, o que está haciendo un uso controlado.
En el caso de las adicciones con sustancias o tóxicas, con test o analíticas sabemos si la persona ha consumido. En el caso de la adicción conductual no existe esta posibilidad. Si bien, al final, casi siempre se acaba detectando el consumo, conlleva más tiempo y dificultad.
11. El objetivo de tratamiento en algunas adicciones conductuales difiere de la abstención al uso controlado
Ahora bien, si bien los tratmaientos entre tipos de adicciones son similares, sí podemos matizar el proceso terapéutico entre las adicciones conductuales. En el caso de las compras compulsivas, de la adicción al sexo o incluso de la adicción a la comida, el tratamiento difiere un poco del resto de adicciones conductuales, como la ludopatía.
¿Por qué? Porque el tratamiento o el objetivo a conseguir no consiste en una abstinencia, sino en el «uso controlado«. Y es que practicar sexo se considera una necesidad fisiológica, al igual que comer. Y si bien las compras no lo son, lo cierto es que al final habitamos en una sociedad de consumo, y todas las personas en algún momento tenemos que comprar. Por tanto, difiere la finalidad terapéutica en el tratamiento de estas adicciones, que apunta a un uso controlado antes que a la abstinencia sin excepciones.
Practicar sexo se considera una necesidad fisiológica, al igual que comer. Y si bien las compras no lo son, lo cierto es que al final habitamos en una sociedad de consumo, y todas las personas en algún momento tenemos que comprar.
Por este motivo, el trabajo con estas adicciones conductuales suele resultar incluso más difícil para la persona que si sufriera una adicción con sustancias o un trastorno por juego, donde el objetivo constituye «no volver a hacerlo». Una persona que ha tenido problemas con una conducta compulsiva tiene más complicado realizar un uso controlado que erradicarla de su vida por completo; tanto durante como después del proceso de rehabilitación.
12. Una persona con adicción conductual puede ser ingresada en un centro, aunque no es lo más frecuente.
¿Puede una persona ser ingresada en un centro de desintoxicación por una adicción conductual?
Sí. De hecho, hay centros o clínicas especializadas en tratamientos de rehabilitación y de desintoxicación con internamiento en régimen interno que trabajan todas las adicciones, incluidas las conductuales. Estos lugares de residencia para personas adictas garantizan que durante las 24 horas, todo el tiempo que la persona esté ingresada, tiene contacto nulo con el objeto de su adicción conductual.
¿En qué casos se da el ingreso?
En una amplia mayoría de casos resulta innecesarios los ingresos, pues los tratamientos ambulatorios suelen dar buenos resultados. Pero sí es factible en casos extremos en que la persona no puede controlar su conducta o mantenerse abstinente con el tratamiento ambulatorio.
13. El tratamiento de adicciones conductuales sólo conlleva el uso de fármacos cuando van asociadas a otros trastornos mentales
¿Pueden ser necesaria medicación para tratar una adicción conductual? ¿De qué tipo de fármacos hablamos y en qué casos se emplean?
Sí. En algunos casos es preciso tratar farmacológicamente a una persona que ha desarrollado una adicción conductual. Pero no tanto por para la adicción en sí, como por otras vulnerabilidades o trastornos asociados a la misma. A este cuadro clínico lo denominamos patología dual, y consiste en padecer un trastorno psicológico o psiquiátrico asociado a la adicción (ya sea de sustancias o conductual).
En esos casos de patología dual que presentan adicción conductual, los fármacos que se suelen utilizar son:
- Ansiolíticos.
- Antidepresivos.
- Antiepilépticos y otros
Para las personas que tienen un nivel muy elevado de incapacidad de controlar sus impulsos, se utilizan fármacos del grupo de antiepilépticos, que funcionan muy bien como controladores.
14. La familia debe actuar con firmeza frente a una adicción conductual: apoyar y acompañar, pero siempre que la persona adicta acepte tratarse
¿Cómo debe actuar la familia de una persona que sufre una adicción conductual, como la ludopatía, pero no la reconoce y, aunque está afectando diariamente a todo el entorno con sus actos, rechaza tratamiento?
La mayoría de las veces suele ser la familia, un padre, una madre, la pareja, quienes piden ayuda profesional o busca información cuando ven que su familiar puede padecer una adicción conductual.
Los y las familiares de la persona adicta deben actuar con firmeza, transmitiéndole que comprenden que lo que le ocurre conforma una enfermedad, un trastorno, y que van a estar a su lado y le van a apoyar en lo que necesite. Pero al mismo tiempo, aclararle que este apoyo no es incondicional. Es decir, que éste viene condicionado a que la persona afectada reconozca su problemática y que esté dispuesta a seguir un tratamiento, rehabilitarse y superar la adicción. En otras palabras, emplear un tono firme de apoyo condicionado a que la persona tome consciencia.
Los y las familiares de la persona que sufre adicción deben actuar con firmeza, transmitiéndole que comprenden que lo que le ocurre conforma una enfermedad, un trastorno, y que van a estar a su lado y le van a apoyar en lo que necesite. Pero al mismo tiempo, aclararle que este apoyo no es incondicional.
En adicciones se trabaja mucho con el apoyo, con la figura del coterapeuta o persona codependiente o de ayuda, según se quiera denominarla. Esta persona ayudante, además de realizar su propia terapia para paliar los efectos que ha tenido sobre ella la adicción de la persona adicta, seguirá a ésta en el proceso y será quien le ayude en el control de la conducta.
Esto responde a que el trastorno de la adicción conductual involucra la mentira como elemento fundamental para ocultar el uso abusivo o la realización del comportamiento compulsivo. Por eso, los y las profesionales nos apoyamos en el o la familiar al que la persona adicta autoriza para acompañarle.
En definitiva, la forma de apoyar de la familia consiste en expresar su comprensión de la problemática como parte de una enfermedad y su predisposición a acompañar el tratamiento. Pero siempre que la persona con el trastorno se deje ayudar y practique las pautas que le brinden desde el centro de tratamiento.