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Síndrome Alcohólico Fetal

Las consecuencias de beber alcohol durante el embarazo

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Síndrome alcohólico fetal por beber alcohol

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Equipo Adictalia
Comité Editorial | comunicacion@adictalia.es

El Síndrome Alcohólico Fetal es un conjunto de afecciones cognitivas, conductuales y físicas con origen en la gestación del bebé, causado por la ingesta de alcohol por parte de la madre. Estas características se dan de forma más o menos evidente en hijos e hijas de mujeres que han bebido la sustancia durante el embarazo, de modo que esta ha afectado al desarrollo normal del cerebro.

Fue definido en las últimas décadas del siglo XX como espectro SAF, porque la afección cognitiva y física de las personas se evidencia en diferentes grados y características. Es decir, que existen distintos tipos en que se conjuga este síndrome. Por eso también resulta muy complejo de diagnosticar. De hecho, se precisa de un trabajo multidisciplinar intenso para hacerlo, pues interviene personal médico, psicológico, pedagógico… 

¿Qué ocasiona el Síndrome Alcohólico Fetal?

“El Síndrome Alcohólico Fetal es un diagnóstico complejo imposible de realizar por una sola especialista y que presenta una gran variabilidad, dependiendo del daño cerebral provocado por el alcohol”, asegura Nuria Gómez-Barros, psiquiatra del Hospital Universitario Vall d’Hebron y responsable del Programa SAF, en una de las conferencias organizadas por la Asociación de familias afectadas por el Síndrome Alcohólico Fetal (AFASAF), a quien acudió Adictalia para consultar sobre este trastorno. Este artículo sintetiza los conceptos clave del síndrome alcohólico fetal ofrecidos por la especialista durante su conferencia.  

Ninguna futura madre bebe alcohol porque quiera afectar al feto que lleva dentro. Eso es tan impensable como suponer que una persona adicta consume drogas porque realmente quiere destruirse.

Como indica Gómez-Barros, ninguna futura madre bebe alcohol porque quiera afectar al feto que lleva dentro. Eso es tan impensable como suponer que una persona adicta consume drogas porque realmente quiere destruirse. Se trata, en todo caso, de conductas que buscan aliviar problemas psicológicos y conflictos que llevan a estas personas a sufrir, y que terminan desencadenando una dependencia a hábitos destructivos que debe tratarse. La sustancia les permite evadirse, pero no buscan las consecuencias sobre su salud de ingerirlas.

Pero lo cierto es que el consumo de alcohol durante los meses de embarazo representa un riesgo para la formación cerebral normal del feto. El alcohol es un agente teratogénico, es decir, que provoca malformaciones o deformaciones congénitas. De hecho, de entre todas las sustancias adictivas, es la que más perjuicio ocasiona al proceso neurológico fetal. Más que el tabaco, la cocaína o la marihuana.

Ahora bien, las mujeres que beben alcohol durante el embarazo no siempre lo hacen por problemas de consumo excesivo o adicción. De hecho, pueden emplearlo de modo recreativo o social, desconociendo que ello puede afectar al desarrollo de su criatura. Incluso ocurre que la persona tiene la costumbre de ingerir alcohol de forma social y lo hace durante el primer mes de embarazo, cuando ignora que está en estado de gestación. No obstante, ello basta para provocar daño: cualquier grado de consumo de alcohol puede perjudicar al feto, más allá del momento de la gestación en que se realice.

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¿Cómo sé que mi hijo o hija tienen el Síndrome Alcohólico Fetal?

El Síndrome Alcohólico Fetal clásico, ya que existen diversos grados, se evidencia por una serie de características físicas y neuropsicológicas en la persona cuya madre ha bebido alcohol durante la gestación.

A nivel físico, la persona con Síndrome Alcohólico Fetal puede presentar rasgos, en su totalidad o de forma parcial, tales como:

  • Fisuras papilares cortas, que forman ojos achinados
  • La distancia entre nariz y labio superior grande
  • Labios estrechos
  • Problemas de estatura
  • Microcefalia
  • Hidrocefalia

Pero sólo una parte de las personas afectadas por el Síndrome Alcohólico Fetal presentan estas características. La mayoría muestra aspectos que pasan desapercibidos entre la diversidad de gente sin este síndrome.

Eso sí, existe un denominador común entre todas estas personas. Y es, como explica Gómez-Barros, “una serie de déficits neuropsicológicos que van a ocasionar unos problemas adaptativos a lo largo de la vida y un deterioro funcional”. Este déficit responde precisamente a cómo el alcohol impacta en el desarrollo cerebral durante los meses de gestación.

A nivel neurológico cerebral el consumo de alcohol durante el embarazo puede provocar:

  • Alteraciones cerebrales importantes, como mal ubicación de la neurglias (células que ayudan al correcto funcionamiento de las neuronas)
  • Anomalías del cuerpo calloso cerebral

Todo eso induce una serie de consecuencias de tipo cognitivo y conductual que se pueden ir manifestando (en algunos casos en su totalidad y, en otros, de manera parcial y en diferentes grados) a lo largo de la vida de la persona, desde su infancia. Entre ellos:

  • Discapacidad intelectual
  • Dificultades de aprendizaje
  • Variabilidad de humor
  • Problemas de memoria
  • Déficits cognitivos
  • Incapacidad de organizarse y planificarse
  • Dificultades en comunicación del lenguaje
  • Dificultades en las habilidades sociales, en la interacción social
  • Problemas en las habilidades motoras
  • Déficits perceptivos y sensoriales
  • Problemas con la regulación del humor
  • Más del 50% suelen tener un trastorno por déficit de atención
  • Problemas para activarse

“Son chavales que muchas veces les cuesta mucho tomar la iniciativa”, precisa Gómez-Barros en la conferencia organizada por AFASAF. “Llegan a los 17 años y es que cualquier cosa supone un esfuerzo enorme: ir a trabajar, ir a ducharse, cualquier esfuerzo que haya que hacer les cuesta mucho. Ellos dicen: ‘soy vago’. Pero va más allá de ser vago, es que su cerebro no tira para activarse.”

Hay una serie de mecanismos por los cuales el alcohol es teratogénicos. Afecta al ADN y al ARN. Y también a la neurogénesis, es decir, a los circuitos neuronales normales, de modo que “las comunicaciones entre las neuronas también se alteran y eso hace que muchos de estos niños y niñas presenten anomalías morfológicas estructurales en la resonancia magnética cerebral”, explica Gómez-Barros, una de las principales expertas en SAF de España.

Es decir, el cerebro no termina de formarse o lo hace incorrectamente. En este sentido, Consuelo Guerri, investigadora y jefe del Laboratorio de Patología Celular en la Fundación Valenciana Centro de Investigación Príncipe en Valencia, compara en otra videoconferencia de AFASAF, las fotografías de cerebros de dos niños fallecidos, uno de ellos con Síndrome Alcohólico Fetal. La de este último, evidencia claramente que casi la mitad del cerebro no había acabado de formarse, además de otras alteraciones.

Pero incluso aunque no presenten estas alteraciones cerebrales, pueden demostrar problemas en sus funciones cognitivas y conductuales.

síndrome alcohólico fetal completo
Características físicas del Síndrome Alcohólico Fetal completo, aunque quienes presentan este tipo representan sólo un 10 por ciento de las personas con SAF.

Por qué la gran variabilidad de tipos de síndrome alcohólico fetal

Sólo un 10 por ciento de las personas que sufren Síndrome Alcohólico Fetal muestran el espectro completo de rasgos, incluyendo físicos y cognitivos. La mayoría evidencia sólo presenta síntomas cognitivo conductuales en distintos grados.

Con frecuencia, por el gran desconocimiento social de este fenómeno, esas características suelen interpretarse en entornos escolares, entre otros, como actitudes negativas o problemas de conducta; es decir, señales de inadaptación. Incluso, un diagnóstico parcial o poco preciso puede clasificarlas dentro de una patología psiquiátrica. Por eso el detectar el SAF resulta tan complejo.

Tampoco la discapacidad intelectual es un rasgo común en todos los tipos de SAF. Por ejemplo, el Síndrome Alcohólico Fetal completo presenta más afectación a nivel cognitivo, pero solo alrededor de un 27 por ciento de quienes lo viven tendrá discapacidad intelectual.  La media de coeficiente intelectual de las personas con SAF completo, que son sólo una décima parte de todos los SAF, es de 70.

El Síndrome alcohólico fetal es la única causa de discapacidad intelectual que no tiene una raíz genética o hereditaria, como sí sucede con los otros dos: el Síndrome de Down y el síndrome X frágil.

Mientras que en las personas diagnosticadas con el tipo ARN (Trastorno de neurodesarrollo), donde no se dan las malformaciones de aspecto, solo un nueve por ciento mostrará un coeficiente intelectual menor a 70. Esta tipología agrupa a la gran mayoría de quienes experimentan el Síndrome Alcohólico Fetal, cuya media de CI es de 80. Si bien no es un coeficiente tan bajo, también se registran valores de 50.

El Síndrome Alcohólico Fetal es la única causa de discapacidad intelectual que no tiene una raíz genética o hereditaria, como sí sucede con los otros dos: el Síndrome de Down y el síndrome X frágil. Es decir, que es el único factor ambiental que puede provocar deficiencia. “La tercera causa que hay que pensar cuando tenemos un sujeto con una discapacidad intelectual es el alcohol durante la gestación”, precisa Gómez-Barros.

“A nivel del lenguaje, es verdad que a veces parecen que son muy competentes. Pero realmente tienen dificultades en el lenguaje comprensivo y, sobre todo, en el expresivo, porque les cuesta en las interacciones sociales entender lo que el otro está diciendo”, explica la experta.

Por ejemplo, son personas que aportan insuficiente información y desconocen de lo que se está hablando. Les resulta muy difícil organizar las ideas o le exponen a quien tienen en frente lo que este o esta quieren oír.

“No saben la respuesta, pero, por querer agradar o por salir del paso, te dicen sí, pero esto a veces no significa que lo hayan entendido”, aclara Gómez-Barros. “También fracasan mucho en entender al oyente, pues al estar afectada la teoría de la mente, como en las personas autistas, no distinguen lo que la otra persona está pensando o está sintiendo y, por tanto, si tú estás cansada y estás siendo pesada, no se dan cuenta y siguen con su discurso”.

¿De qué depende la diversidad de Síndrome Alcohólico Fetal?

Es un mito, explica la experta, que el SAF de tipo completo (con los rasgos físicos mencionados) sea más grave que otras variantes. De hecho, “las secuelas neuropsicológicas tienen mucho mayor impacto funcional que las anomalías físicas: que tengamos un labio liso, un filtrum (el surco entre la nariz y el labio) aplanado, no nos va a condicionar la vida en ningún sentido; mientras que si tenemos anomalías conductuales o cognitivas, estas si nos van a condicionar un peor pronóstico”, argumenta.

Además de las cualidades determinadas por el SAF, la dificultad que represente este síndrome en la vida de la persona dependerá de otros factores. Por ejemplo:

  • El ambiente en el que se desenvuelva y críe
  • La exigencia que recaiga sobre ella en cada etapa
  • Las relaciones con las que se pueda rodear
  • Su temperamento, etcétera.

La gravedad y la clase de daño fetal difieren, de ahí que el fenotipo a nivel clínico sea muy variable.

El tipo y características del Síndrome Alcohólico Fetal dependerán de aspectos diversos, como:

  • La cantidad de consumo de alcohol que realiza la madre
  • La frecuencia con que beba: no es lo mismo un consumo continuado diario que un consumo más heavy de fines de semana
  • De la duración del consumo a lo largo de toda la gestación
  • Del momento de exposición: primer trimestre, segundo trimestre, tercer trimestre de embarazo (si bien es vulnerable a esta sustancia durante todo el período gestacional)
  • De los niveles de alcohol sanguíneos
  • De influencias genéticas
  • La edad materna: a más edad hay mayor riesgo
  • El Estado nutricional, entre otros.

La falta de funciones ejecutivas en el SAF

Las funciones ejecutivas conforman un conjunto de habilidades cognitivas que permiten auto regular la conducta, organizarse, planificar. Así como actuar con flexibilidad, anticipándose a posibles obstáculos que surjan por el camino para llegar a un objetivo propuesto. Las personas con Síndrome Alcohólico Fetal también tienen muy perjudicadas estas capacidades.

“Ellos ven el presente, pero el presente es en estos cinco minutos que estamos aquí y ahora, por tanto, que ellos entiendan que la conducta de hoy influye en el mañana, cuesta mucho”, expone la especialista del Hospital Vall d’Hebron. Al carecer de este sentido del tiempo, les resulta complicado concretar metas y terminan diluyéndose en un mar de pasividad.

“Hay días que dices: bueno, mira, está lúcido y parece que sí que se acuerda de las cosas. Y hay otro día que se ha olvidado todo, hasta los días de la semana. Yo tengo chavales de 18 años que todavía no saben los días de la semana, cuando su inteligencia es normal

Nuria Gómez-Barros. Psiquiatra.

“Cuesta mucho que sean puntuales o que cumplan un horario o establecer una rutina”. Esto afecta a su higiene, pues a menudo ocurre que no se duchan ni se lavan los dientes, por más veces que se le repita que lo hagan o se les aplique castigos. “Llegan a los 15 años y seguimos sin la ducha, los dientes, hacer la mochila; todo las actividades básicas del día a día”, detalla Gómez-Barros, quien aconseja: “Por eso es muy importante que desde las familias se insista desde pequeñitos”.

Pero incluso con rutina rigurosa e insistencia, muchos padres y madres se dan con muros de piedra. Sencillamente, porque su capacidad de aprender de experiencias pasadas se encuentra muy mermada por una memoria realmente inconsistente.

“Hay días que dices: bueno, mira, está lúcido y parece que sí que se acuerda de las cosas. Y hay otro día que se ha olvidado todo, hasta los días de la semana. Yo tengo chavales de 18 años que todavía no saben los días de la semana, cuando su inteligencia es normal”, ejemplifica la Gómez-Barros.

Ahí aparecen los problemas escolares. Cuando el equipo docente determina que son personas con inteligencia “normal” pero ignoraran la otra parte provocada por el Síndrome Alcohólico Fetal. Y es que los test de inteligencia resultan ineficaces totalmente para determinar problemas de memoria. Y, como advierte la experta, “moverte por el mundo sin saber las horas del reloj, los días de la semana y los meses del año no es tan fácil”, sobre todo cuando se trata de actuar de forma autónoma.

“No comprenden los refranes y tampoco el concepto del tiempo, que es algo muy abstracto”.

Nuria Gómez-Barros, psiquiatra experta en síndrome alcohólico fetal.

Lo mismo les ocurre con el pensamiento abstracto, del cual carecen. Y por eso les resulta imposible comprender bromas o dobles sentidos. Entienden todo literalmente. “No comprenden los refranes y tampoco el concepto del tiempo, que es algo muy abstracto”, señala la psiquiatra.

Algo que también afecta al concepto del dinero, con las consecuencias que ello implica. “¿Qué pasa si no entendemos el valor del dinero? ¿El valor de las cosas? Pues yo regalo lo que tengo, porque como no tiene ningún valor, pues la bicicleta de 500 euros la cambio por una chocolatina de 1 Euro”, ejemplifica.

Este problema trasciende la edad de las personas con SAF. Tengan siete años o sean adolescentes o adultos, pueden “regalar su dinero o coger el de sus padres, como total todo es de todos…”. Y es que el sentido de propiedad, un concepto abstracto, también está ausente.

Para muestra, Gómez-Barros aporta un botón. “El otro día, un chico de 17 años robo en Barcelona una moto que tenía las llaves puestas. Y cuando le detuvieron, él estaba convencido de que no era un robo porque iba a devolver la moto otra vez al sitio. Iba a hacer su viaje, iba a volver, iba a dejar la moto, convencido de que eso era un préstamo”. Concluye: “A veces no es tan fácil de que entiendan cómo son las normas sociales”.

Mira la conferencia completa de Nuria Gómez Barros sobre le SAF

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