TRATAMIENTOS DE ADICCIONES
Cómo es un tratamiento para dejar la cocaína
Los beneficios de buscar tratamiento para la adicción a la cocaína
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En las últimas décadas han surgido modalidades terapéuticas e instrumentos diagnósticos que han dotado de mayor efectividad al tratamiento de la adicción a la cocaína. Actualmente es más posible salir de esta dependencia que provoca múltiples consecuencias orgánicas, neurológicas y sociales. Y, por tanto, mejorar de forma notable la calidad de vida.
Las personas que consumen cocaína suelen minimizar los riesgos de esta sustancia. En España el número de consultas hospitalarias por problemas relacionados con la cocaína han crecido de forma preocupante, de la misma forma que la demanda de tratamientos. Esta droga se ha convertido en una de los principales tóxicos consumidos en España, y resulta habitual que quienes la usen también demandan alcohol y cannabis.
Por otra parte, tratar la adicción a la cocaína facilita la detección y abordaje terapéutico de otros trastornos mentales que pueden estar en el origen de la adicción o bien ser consecuencia de ésta. Una parte importante de las personas tratadas por consumo problemático de esta droga también presentan trastornos de personalidad, bipolaridad u otras patologías mentales.
¿Por qué deberías tratarte?Recupera el control de tu vida
Las personas adictas a la cocaína no deciden libremente hacia dónde dirigen su vida, ni siquiera lo que hacen cada día. Actúan obcecadas por la necesidad ingobernable de consumir, más allá de toda consecuencia perjudicial. Un tratamiento integral les permite recuperar las riendas de su destino a partir de la reestructuración de sus hábitos. Este proceso terapéutico va mucho más allá de cortar con el consumo. Se centra en dotar a la persona de habilidades y herramientas para que recupere el autocontrol y la motivación por desarrollar una vida plena.
La obsesión por consumir atrapa a las personas adictas a la cocaína en una cárcel cotidiana. En ella, la principal actividad consiste en pensar de forma insistente en la forma de conseguir la sustancia y en el momento de consumirla. La adicción se caracteriza, además de por el ritual de consumo en sí, por la permanente búsqueda de la droga o hábito compulsivo.
Esta forma de estar les impide atender otras áreas indispensables de su vida: familia, estudios, trabajo, ocio saludable, amistades. Las personas adictas a la cocaína ven deteriorada su salud física y mental, así como sus relaciones sociales y familiares, y las relaciones consigo mismas. La comunicación con otras se rompe por las mentiras, negligencias, descuidos, olvidos, violencias, irresponsabilidades, imprudencias…
Mejora tu salud y bienestar
Los tratamientos integrales de recuperación para la adicción a la cocaína mejoran notablemente la salud física, mental y, por tanto, el bienestar general. Esto se evidencia, como muestra, cuando la familia realiza la primera visita al centro, después de un mes de que su familiar haya ingresado. La primera observación que realizan con sorpresa consiste en cuánto ha cambiado físicamente la persona, que suele presentar un aspecto más íntegro y enérgico.
El cambio físico durante el primer mes, durante el cual se consigue la desintoxicación de la cocaína, resulta evidente. Después viene el trabajo de cambiar hábitos, creencias, pensamientos y sentimientos. Esto conforma la terapia psicológica de fondo que permitirá al paciente alcanzar una estabilidad emocional y, por tanto, un verdadero bienestar.
En los tratamientos para dejar la cocaína las personas incorporan hábitos saludables a sus rutinas en todos los aspectos de su vida: actividades deportivas; sentido del orden e higiene; una alimentación sana; técnicas para mejorar las emociones. Y también habilidades para relacionarse de forma asertiva con las demás y consigo mismas. El proceso busca rediseñar el estilo de vida para aportarles una “sensación de sentido”, cuyo vacío antes sólo llenaba la sustancia.
Sin duda, la recuperación integral requiere que la persona complete todas las etapas del tratamiento psicológico. Solamente así podrá conseguir una reconstrucción total de su vida, que vaya más allá de cortar el consumo. De hecho, en Adictalia siempre decimos que dejar de consumir es relativamente sencillo, sobre todo con el apoyo farmacológico y un ambiente de contención. Lo complicado es continuar con la vida sin recaer y sintiéndose emocionalmente estable para vivirla lejos de la sustancia.
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Enfoques de tratamiento para dejar la cocaína
El enfoque de tratamiento para la adicción a la cocaína más consolidado en el campo científico es el que aborda las causas biológicas, psicológicas y sociales que han llevado a la persona a desarrollar la enfermedad. Este enfoque integral entiende que la adicción se genera por la combinación de múltiples factores: no hay un único origen. Y, por tanto, hay que afrontar todos esos flancos para alcanzar una recuperación integral: una abstinencia con más probabilidades de mantenerse en el tiempo.
En otras palabras: la posibilidad de desarrollar adicción no depende sólo de cuestiones genéticas individuales, o de cómo funciona el cerebro de la persona, o de si ésta se ha criado en un ambiente donde se consumía. Más bien puede responder a la confluencia de varios de estos elementos y de muchos otros relacionados con su organismo, sus características psicológicas y sus biografías social y familiar.
Terapia cognitivo-conductual
Las terapias cognitivo-conductuales conforman un grupo de técnicas psicológicas y psicoeducativas que actualmente se consideran las de mayor efectividad en el tratamiento de adicción a la cocaína. No obstante, este conjunto de estrategias se suele combinar con otros instrumentos, provenientes de otras corrientes terapéuticas, para conseguir tratamientos multidimensionales con un único objetivo: ayudar a la persona a reconstruir su vida.
Esta corriente cognitivo-conductual interpreta que las dependencias representan un patrón de comportamiento desadaptativo que responde a pensamientos, creencias y sentimientos desajustados. Por tanto, se centra en identificar esos procesos mentales que llevan a la persona a consumir: sobre generalizaciones, errores de interpretación, catastrofismos, sentimientos de derrota… Tras aprender a reconocerlos, se enseñan técnicas para controlarlos, apaciguarlos, y modificar las conductas a los que dan lugar.
La terapia cognitivo-conductual adquiere formatos grupales, donde la persona comparte y reflexiona con otras que sufren adicción, e individuales, donde interactúa únicamente con la terapeuta. Ambas formas se aplican de manera coordinada dentro de los programas integrales de recuperación. Esta corriente predomina tanto en los tratamientos ambulatorios como en los residenciales.
Una amplia parte de especialistas coincide en la utilidad de este tipo de terapias para tratar la adicción a la cocaína en personas que demuestran un alto grado de consciencia sobre su enfermedad y una motivación por reconstruir sus vidas. Es decir, que ha evidenciado peores resultados cuando se aplica en pacientes que aún no terminan de aceptar verdaderamente que necesitan un cambio. Y menos en quienes rechazan la necesidad de recibir ayuda.
Programas de desintoxicación
Los programas de desintoxicación son esquemas psicoterapéuticos que buscan, por medio de diferentes técnicas, que la persona salga de la adicción a la cocaína y se involucre en una vida plena sin sustancias. Estos programas pueden aplicarse tanto de forma ambulatoria, donde se acude al centro puntualmente desde la casa y sin cortar con la rutina cotidiana, como residencial: ingresando por un tiempo en centros cerrados, monitorizados las 24 horas.
Aunque el nombre desintoxicación hace referencia a la primera fase de un proceso integral de recuperación, estos programas cubren las otras tres etapas del tratamiento: deshabituación, rehabilitación y reinserción. La duración de un programa integral la determina las características de la persona y cómo responde al tratamiento, pero como mínimo es de seis meses. Cada caso de adicción es único, no hay una persona igual que otra en el mundo.
La desintoxicación refiere únicamente a la primera parte, donde se busca estabilizar al organismo de los síntomas cínicamente molestos que surgen tras la retirada de la cocaína. Estos duran entre 7 y 21 días, y son de tipo físico y psíquico. Constituye sobre todo un periodo de intervención medicalizado, durante el cual se emplean fármacos para remitir los síntomas desagradables de la abstinencia o “mono”.
Grupos de apoyo y terapia de grupo
Tanto en tratamientos ambulatorios como residenciales en centros de desintoxicación, un formato terapéutico muy explorado son las terapias de grupo. Estas reuniones duran alrededor de dos horas, y se asiste a ellas diariamente o varias veces a la semana, en función de la necesidad individual y la gravedad de cuadro clínico.
En las sesiones, las personas relatan sus sentimientos, pensamientos y experiencias. Y también escuchan los testimonios de otras que sufren la misma enfermedad. Esto consigue generar sentido de identificación, acompañamiento, apoyo. Pero también de reflexión sobre las creencias y pensamientos que nos han llevado a buscar los efectos estimulantes y anestesiantes de la sustancia.

Los grupos terapéuticos permiten a la persona comparar su historia con las de otras y sentir que no están solas, que pueden contar con apoyo en momentos difícil. A su vez, aprenden habilidades para relacionarse y técnicas de control de estímulos. Existen al menos tres modelos de terapia grupal: las que tienen base psicodinámica, sistémica o cognitivo-conductual. Esta última es la que más abunda en España.
Uno de los formatos grupales más conocidos es el de los 12 pasos o método Minnesota. De hecho, fue el primero de todos y surgió en el seno de Alcohólicos Anónimos a mediados del siglo pasado. El objetivo de estas terapias apunta a que la persona admita su impotencia ante la enfermedad que le controla. Una enfermedad incurable que, sin embargo, se puede detener y mantener a raya para vivir libre de consumo.
Los pasos para buscar ayudaPasos para buscar ayuda y tratamiento
Pedir ayuda es uno de los indicadores más importantes de que una persona quiere salir de la adicción a la cocaína. Se trata de un momento clave para emprender el tratamiento, al que la familia debe responder de forma inmediata. El problema suele consistir en el desconocimiento sobre por dónde empezar a conseguir esa asistencia, a quién acudir.
Reconocer que necesita ayuda
Reconocer que necesitamos ayuda para salir es el primer paso para superar la adicción a la cocaína y a cualquier dependencia. La aceptación de que sufrimos una enfermedad, o al menos de que existe una compulsión incontrolable que nos está generando consecuencias perjudiciales, constituye un estado clave para poder iniciar un tratamiento. Y es clave porque, sin éste, la posibilidad de que la persona abandone el proceso por sus propios medios es muy alta.
Son numerosas las llamadas que consultan a Adictalia sobre la urgencia de asistir a familiares que se encuentran en un estado de negación de la adicción: algo que forma parte de la propia patología de la adicción. En estos casos, se pueden aplicar técnicas para que la persona termine admitiendo mínimamente la necesidad de asistir a un tratamiento. Después, el equipo terapéutico deberá cumplir su labor para que termine de concienciarse sobre la importancia de comprometerse con el proceso. Pero cuando la actitud de negación es demasiado patente, cerrada, resulta imposible conducir a nadie a tratar su adicción.
Consultar con profesionales de la salud especializada
Contactar con especialistas en adicciones constituye el paso posterior inmediato al reconocimiento de la necesidad de recibir ayuda para salir de la adicción a la cocaína. Resulta de gran importancia dar con profesionales formados en esta enfermedad, pues serán quienes mejores herramientas terapéuticas puedan brindarnos para gestionarla. No todas las personas formadas en psicoterapia o psicoeducación entienden de adicciones.
De hecho, se observa cada vez más dentro de los equipos terapéuticos a personas formadas en adicciones que han sufrido antes la enfermedad en primera persona. Hay quienes consideran que son las más indicadas para guiar a quienes buscan salida. Además de la comprensión teórica, gozan de la experiencia propia de haberse recuperado y, por ello, logran conectar y empatizar de forma más eficaz con quienes emprenden el camino de la recuperación.
Tanto los centros ambulatorios como residenciales en España cuentan en sus plantillas con personas adictas recuperadas, formadas a su vez académicamente en diferentes disciplinas. Además, estos equipos se nutren de especialistas en medicina, psiquiatría, psicología, enfermería, trabajo social, nutrición, deporte, entre otras.

Nuestro equipo te ayuda a encontrar un tratamiento de adicción especializado en cocaína.
Crear un plan de tratamiento personalizado
No existe un caso de adicción igual que otro, sencillamente porque no hay una persona igual que otra en el mundo. Por tanto, las sustancias afectan de forma diferente a cada organismo, del mismo modo que los pacientes responden de manera particular a los tratamientos. Esto conlleva la necesidad de diseñar estrategias terapéuticas individualizadas para cada caso.
Las personas presentan características biológicas, psicológicas, familiares y sociales diferentes, cuya combinación compone realidades únicas. Los tratamientos de adicción a la cocaína deben tener en cuenta estas particularidades para conseguir mayor efectividad a la hora de motivar al paciente para que se embarque en el ambicioso proyecto de reconstruir su vida.
Si las exigencias del tratamiento, las características de las terapias, la farmacología administrada o las condiciones del centro son inapropiadas o incoherentes con las posibilidades de la persona, es más probable que termine abandonando el proceso.
Compromiso con la recuperación a largo plazo
El compromiso con el proceso de recuperación a largo plazo conforma un requisito fundamental de aquellas personas que han cumplido su objetivo de salir de la adicción a la cocaína y logran llevar vidas sin consumo. Este compromiso depende en gran medida de la motivación interna, un elemento que requiere una permanente revisión de metas de vida y técnicas para afrontar contingencias, así como de mantención de rutinas saludables.
Está comprobado que quienes terminan el tratamiento integral de adicciones, que incluye cuatro fases durante al menos seis meses, consiguen una abstinencia mucho más sostenida en el tiempo e incluso logran no recaer. Cuanto antes se abandona el proceso, más probabilidades existen de reincidir en el consumo y que este termine provocando el retorno a la compulsión. El grado de adhesión al tratamiento es directamente proporcional al tiempo sin recaer.
En este sentido, los grupos de ayuda de personas adictas desempeñan un gran papel de apoyo y refuerzo para el mantenimiento de la abstinencia, una vez que se finaliza el tratamiento integral. Tras recibir el alta del tratamiento, conviene que la persona continúe asistiendo a espacios terapéuticos individuales y grupales. La adicción conforma una enfermedad crónica y con el tiempo se pueden plantear crisis emocionales, desajustes, que requieran de un soporte terapéutico para evitar recaídas.
El papel de la familia y las amistadesEl papel de la familia y el apoyo social en la recuperación
La adicción a la cocaína es una enfermedad que afecta a la persona que la sufre y a todos sus entornos, especialmente a quienes conviven con ella. Esto es así porque la obsesión por consumir, las ansias irrefrenables, incitan al individuo con adicción a actuar de forma totalmente irresponsable y peligrosa consigo y con su medio. Por tanto, el papel que desempeña la familia respecto de poner límites a las actitudes de su familiar es clave para que pueda superarla.
Pero, en general, como respuesta a esas actitudes, las familias suelen intentar, por amor, salvarle de las consecuencias de la enfermedad y, al mismo tiempo, salvarse ellas. Si se piensa desde el afecto a un ser querido, esta reacción es totalmente lógica. El problema es desde dónde se hace y qué forma adquiere.
La adicción es una patología poco difundida y sus mecanismos salvajes poco conocidos socialmente. La mayoría de las personas procede frente a ella desde el desconocimiento y con estrategias inadecuadas. Las familias suelen responder a las conductas de mentiras, manipulaciones, agresiones, descuidos y actos autodestructivos de su familia, con control enfermizo, obsesión, manipulación, encubrimiento, y agresión. Es decir, con más reacciones tóxicas.
Las familias reaccionan con actitudes también enfermizas, en definitiva porque las dinámicas de la adicción terminan enfermándolas a ellas también. De ahí el cuadro que se conoce con el nombre de coadicción: las personas cercanas a la adicta terminan desarrollando conductas compulsivas similares a las de ésta, aunque sin consumo, que contaminan la relación. Así, construyen relaciones desajustadas, impregnadas de rabia, impotencia, pena complaciente y miedos. Esto no hace otra cosa que aumentar el sufrimiento por ambas partes, sin revertir en absoluto los comportamientos adictivos; si acaso, profundizándolos.
La importancia del apoyo emocional
El apoyo de la familia para salir de la adicción resulta esencial. Pero este apoyo debe construirse sobre los cimientos de lo que en Adictalia llamamos “amor duro”: se trata de brindar al familiar con adicción todo el respaldo que necesite, siempre que cumpla con límites muy claros y concretos: apoyo sí, pero sí accede al tratamiento y se compromete con él.
El apoyo familiar emocional será poco efectivo si la persona con adicción continúa con el consumo compulsivo sin reconocer la necesidad tratarse. Es decir: sin comprometerse con un proceso que le permita revisar y cortar con sus impulsos adictivos. En ese caso se está sobreprotegiendo de forma insana al familiar y actuando en complicidad con la enfermedad: coadicción o codependencia.
Cómo involucrar a tus seres queridos en tu proceso de recuperación
Los tratamientos de adicción a la cocaína que trabajan de forma integral involucran a la familia en el proceso de recuperación de la persona adicta. ¿Cómo? Incitándolas y ofreciéndoles grupos terapéuticos donde aprender sobre la enfermedad y también a revisar y reconstruir la forma de relacionarse. Está comprobado que las personas demuestran un mayor compromiso hacia su recuperación si gozan del apoyo y seguimiento familiar.
Las terapias de familia se basan en la idea de que el entorno del hogar es un sistema. El comportamiento de un elemento del sistema afecta inevitablemente al resto, aunque ese comportamiento sea no hacer nada. Por tanto, las actitudes de una persona adicta a la cocaína influyen invariablemente en su familia, a niveles prácticos y emocionales.
En muchos casos, las personas recuperadas salen del tratamiento y, al retornar a sus hogares, se encuentran con familiares que siguen actuando de manera codependiente, por su puesto, desde la inconsciencia. Es decir, que continúan comportándose de forma tóxica con la persona recuperada, como cuando estaba en adicción activa. Y lo hacen sencillamente porque, mientras su familiar trataba la enfermedad en un centro, ellas esperaban fuera de manera pasiva, sin revisar cómo los años de adicción habían afectado a sus formas de relacionarse, de pensar, de sentir. Incluso cómo sus creencias, pensamientos y emociones habían contribuido a que su familiar desarrollara adicción.
Ello supone un obstáculo para que muchas personas adictas que retornan al mismo entorno tóxico del que salieron para tratarse. Por eso resulta fundamental que las familias emprendan terapia paralelamente al tratamiento de su familiar.
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Estrategias para prevenir recaídas
La prevención de recaídas es una técnica encuadrada dentro del entrenamiento de habilidades de afrontamiento. Una recaída es la incapacidad de la persona recuperada de mantener la abstinencia cuando se expone a una situación de riesgo: aquella que le dispara el deseo de consumo. Consisten en estrategias cognitivo-conductuales que se han mostrado efectivas para sostener la sobriedad tras el tratamiento de la adicción a la cocaína.
Las habilidades de afrontamiento apuntan a entrenar habilidades sociales ausentes o deterioradas en la persona a causa de la enfermedad, para afrontar y superar situaciones de riesgos que pueden llevarla a consumir. Estas habilidades de autocontrol en las personas con adicción se ven limitadas por los altos niveles de ansiedad que suponen determinadas situaciones de riesgo: discusiones, emociones encontradas, momentos estresantes, lugares donde se producen consumos, pérdidas emocionales, creencias y pensamientos incómodos…
Cuando la persona pone en práctica las estrategias de afrontamiento (especialmente las de prevención de recaídas) y consigue sortear los riesgos sin consumir, refuerza la autoeficacia percibida. Se siente y percibe como alguien capaz de sobrellevar con éxito la recuperación. Si responde de forma adecuada, saldrá fortalecida y reforzará la abstinencia. Por el contrario, si fracasa en la prevención de la recaída, entonces tienen más probabilidades de volver a hacerlo ante próximas situaciones de riesgo.
Identificar y evitar desencadenantes
Dentro de las habilidades de afrontamiento destacan las técnicas de prevención de recaídas. Estas comprenden:
· Aprender a reconocer pensamientos, creencias, situaciones que provocan ansiedad y despiertan necesidad de consumir
· Aprender a identificar las señales de una posible recaída
· Aprender a afrontar la recaída antes y después del consumo (un consumo no implica necesariamente un retorno a la rutina adictiva, puede ser sólo un bache)
Mantener un estilo de vida equilibrado
Las personas que completan un tratamiento integral de adicciones han conseguido reestructurar sus estilos de vida. En otras palabras, han erradicado el caos y han ganado equilibrio y orden.
Esto significa que han incorporados hábitos saludables a su cotidianidad gracias al tratamiento, tales como:
· Ejercicio físico cotidiano para compensar químicamente la demanda de estímulos de su personalidad adictiva.
· Alimentación sana y equilibrada.
· Habilidades para comunicarse consigo y con las demás personas de forma equilibrada y coherente.
· Técnicas de meditación y relajación para controlar posibles momentos de ansiedad y estrés.
· Técnicas de autocontrol de impulsos.
· Revisión y reformulación de creencias y pensamientos.
· Motivación por explorar actividades de ocio saludables alejadas de consumos.
· Consciencia de la necesidad de un mantenimiento terapéutico constante.
Continuar con este estilo de vida más allá del tratamiento es importante para evitar que la enfermedad de la adicción juegue malas pasadas y conduzca a recaídas. La voluntad para sostener y consolidar estos nuevos patrones es la llama principal que mantiene encendido el motor de la recuperación.
Pero todas las personas, y más las que sufren dependencias, pasan por momentos de inestabilidad emocional. Para una persona adicta recuperada estos lapsos son muy riesgosos. Por eso, asistir periódicamente a grupos de autoayuda, contar con espacios terapéuticos de manera constante, es una herramienta clave para evitar recaídas. Así como para seguir trabajando en el crecimiento personal y el afianzamiento del estilo de vida saludable.
Beneficios a largo plazoVivir una vida libre de cocaína: Beneficios a largo plazo
“La vida fuera del consumo sabe diferente, mejor, te sientes más libre”. Esto es lo que expresaba una mujer que consiguió recuperarse gracias a Adictalia. La adicción condena a quienes la sufren a vivir presas de la obsesión por consumir y de los efectos de las sustancias o conductas compulsivas. Las condiciona a sufrir el deterioro orgánico y neurológico producido por la acción de la cocaína, y perjudica seriamente sus relaciones afectivas.
Mejorar las relaciones personales y profesionales
Tras recuperar el verdadero control de sus vidas (y no el falso control que supone conseguir cuando “se quiere” los efectos del consumo), las personas pueden desarrollar relaciones personales y profesionales honestas, sinceras y plenas. La estabilidad de la abstinencia facilita la estabilidad emocional y la posibilidad de relacionarse desde otro lugar con los entornos. Esto es, conectar de forma natural, aceptando lo que somos y gestionando las interrelaciones sin necesidad de evasiones, estímulos extras y efectos anestésicos de la cocaína.
Recuperar la autoestima y el sentido de propósito
La sensación de sentido es quizá el principal efecto positivo del tratamiento de recuperación integral de la adicción a la cocaína. Las personas adictas consumen en general para evadirse de sentimientos y pensamientos desagradables provocados por situaciones que no saben enfrentar y por una baja autoestima. Pero también porque carecen de motivación para vivir sin los efectos de las sustancias.
El tratamiento de adicciones a la cocaína procura, por medio de la combinación de diferentes técnicas terapéuticas, dotar a las personas de un sentido de propósito en la vida. Busca reequilibrar las conductas compulsivas derivadas de pensamientos, creencias, y emociones desajustadas con la realidad. Reaprender a moverse y a posicionarse frente a la propia existencia representa un ejercicio fundamental para que una persona consiga mantenerse motivada para sostener la abstinencia.
Sabemos que la adicción está allí, latente, pero también que podemos vivir reduciendo y gestionando sus impulsos, sus provocaciones. Las personas pueden vivir una vida sin adicción si encuentran el tratamiento adecuado a su caso.
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Redacción

Equipo Adictalia
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5 comentarios
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Stephanie 30 Jul • 12:35
Hola María.. soy una adicta que está en abstinencia.. es doloroso los síntomas a nivel psicólogico que causa y si hay una dolencia muy aparte de la adicción es mas doloroso… No sé la edad de tu hijo, no soy médico ni psiquiatra…en todas las personas varía el tema de las recaídas..son mal vistas por personas que no conocen del tema (pero aunque parezca extraño estas recaídas hacen que un adicto tome consciencia) lo mejor es dejarlo en manos profesionales. Yo admiro mucho que apoyes a tu hijo, eres una gran madre. Mi madre no me apoya, yo quisiera una madre como tú… Pero al mismo tiempo comprendo que ella no entiende esta enfermedad.
Deseo de corazón que tú hijo ahora esté mejor..
Si deseas puedes escribirme a mi mail:
sr6841377@gmail.com
para contarte que cosas me están ayudando..Un abrazo
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Maria 18 Oct • 05:33
Buenos dias, mi cónyuge consume Cocaina pero no lo acepta y la escusa que da es que lo hace esporadicamente y que no necesita ayuda, pero le he encontrado tubos con cocaina y me lo niega cuando lo confronto y se vuelve agredivo porque dice que le estoy faltando el respeto con lo que le digo, que puedo hacer ante esta situación
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Victor 15 May • 16:58
Hola consumo muy rara vez coca llevaba limpio 9 años y consumí.3 veces últimamente tomo antabus para alcohol se que hay antrasona para el caballo y para la cocaína que hay?? Muchas gracias
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