SALUD MENTAL Y ADICCIONES
Esquizofrenia por drogas: ¿pueden las sustancias desencadenar este cuadro?
La relación entre la esquizofrenia y el consumo de sustancias tóxicas
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La frase “esquizofrenia por drogas” suscita un fuerte rechazo al ser escuchada en gran parte de la sociedad, sobre todo en aquella consumidora, con o sin adicciones. Es probable que esto ocurra por el estigma social que recae sobre todo lo relacionado con lo que se considera perjuicio de la salud mental, que el imaginario colectivo asocia directamente a la falta de sano juicio. Y, más concretamente, se relaciona con el miedo cultural a la locura, justamente por ese rechazo social que ésta provoca. A tal punto, que no pocas personas meten en esa bolsa a todo aquello que se sale de la norma o lo socialmente aceptado.
En este contexto, siempre ha sido, y es, complicado abordar las adicciones como trastornos mentales, y aún más involucrar el consumo de drogas en la manifestación de la esquizofrenia.
Pero lo cierto es que el consumo compulsivo de sustancias forma parte de un cuadro patológico multidimensional, dentro del cual el aspecto psicológico de la persona se encuentra afectado, es decir, más o menos trastornado. Nadie acude de forma descontrolada a consumir si todo en su interior está bien.
Y en este sentido, la Ciencia viene constatando que el cuadro estable de trastornos mentales que define la esquizofrenia puede desencadenarse cuando una persona consume sustancias y este consumo interactúa con otros factores personales y ambientales.
Para comprender más el fenómeno de la esquizofrenia por drogas, consultamos con la doctora en Psicología de la Salud Clara Morgades Bamba, integrante del directorio de especialistas en adicciones de Adictalia.
Diferencias entre brote psicótico y esquizofreniaDiferencia entre brote psicótico y esquizofrenia por drogas
1. La esquizofrenia representa un cuadro extendido en el tiempo, con síntomas que incluyen la aparición de aspectos disfuncionales y la desaparición de aspectos positivos para un estado saludable.
– ¿Qué relación y diferencias hay entre brote psicótico y esquizofrenia?
– La esquizofrenia es un trastorno mental, un cuadro estable en el tiempo que se compone de otros aspectos además de la sintomatología psicótica. Y el episodio de psicosis sería una crisis aguda, puntual, que puede darse dentro del trastorno de esquizofrenia o fuera del mismo. Al igual que sucede con las crisis de ansiedad o de pánico, puede darse dentro del trastorno o fuera de él. Y puede ser algo que no se repita nunca más si es fruto de unas circunstancias muy concretas, o bien una primera manifestación de un cuadro más complejo, o derivar en ello, posteriormente. Esto puede depender también de cómo se aborde esa primera crisis, ese aviso.
Cabe dejar claro que no todo diagnóstico de esquizofrenia cursa con psicosis, aunque sí es lo más habitual. Es decir: en los casos en los que es así, el episodio de psicosis actúa como la semilla de la que se puede desarrollar todo un árbol, si se unen una serie de factores. Ese árbol sería una problemática clínica llamada trastorno del espectro de la esquizofrenia. Y dentro de este trastorno habría una serie de síntomas.
Los síntomas de tipo positivo podrían ser las manzanas. Y estas manzanas contienen semillas también en su interior, es decir: posibles episodios psicóticos futuros. Usamos los términos “síntomas positivos” cuando aparecen fenómenos que no están presentes en un buen estado de salud mental.
La esquizofrenia es un trastorno mental, un cuadro estable en el tiempo que se compone de otros aspectos además de la sintomatología psicótica. Y el episodio de psicosis sería una crisis aguda, puntual, que puede darse dentro del trastorno de esquizofrenia o fuera del mismo.
Clara Morgades-Bamba. Psicóloga especialista en «Esquizofrenia por drogas»
Pero la esquizofrenia también incluye los síntomas de tipo negativo: cuando desaparecen fenómenos necesarios para la salud mental como el disfrute, las relaciones sociales, la experimentación de emociones y otros.
En el trastorno de esquizofrenia “tipo”, suelen estar presentes y estables los síntomas positivos y negativos, pero de una manera más sorda o no tan interferente con la vida de la persona. Se dan episodios de psicosis puntuales, de manera normalmente cíclica.
Pero hay una grandísima heterogeneidad en los casos de esquizofrenia. De hecho, se han retirado las categorías que existían antes de tipos de esquizofrenia, como paranoide, catatónica, o desorganizada. Ocurrió lo mismo con los diversos diagnósticos que ahora integran el trastorno del espectro del autismo; ahora tenemos el trastorno del espectro de la esquizofrenia, entendiendo que hay tantos tipos como personas de esta patología.
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2. Una persona con esquizofrenia manifiesta síntomas conductuales y relacionales que dificultan su comunicación afectiva y social
– ¿Cómo es una persona con esquizofrenia? ¿Cómo se reconoce este cuadro?
– Los síntomas prodrómicos (que preceden al desarrollo del trastorno mental) que podrían manifestarse antes del episodio de psicosis y advertir del desarrollo de una esquizofrenia son:
- Un habla desorganizada o descarrilada
- Un comportamiento desorganizado o extraño, errático
- Determinadas alteraciones de la atención sostenida, dividida y selectiva, pudiendo estar la persona más alerta de lo normal
- Unos fallos en el procesamiento de información, enlentecimiento, dificultades para la concentración
- Memoria a corto plazo afectada
- Ruptura con los parámetros sociales, aislamiento
- Abandono paulatino de actividades
- Dejadez en el cuidado personal
- Intereses novedosos y a veces excéntricos
- Ideas de tipo mágico y/o pensamientos y creencias sobre cosas que están fuera de lo común y que parecen poco probables
- En ocasiones la persona deja de ser tan expresiva como lo era antes
- A menudo aparecerían pensamientos suspicaces, de desconfianza, percibiendo malas intenciones o amenazas, etc.
Todo ello dificulta la comunicación efectiva y la relación con los otros. Puede resultar complicado entender a la persona, tanto en forma como en el fondo de sus verbalizaciones.
Son determinados cambios que van a más de manera progresiva. Se identifican con mucha más claridad cuando lo que se está desarrollando es un cuadro que luego tenderá a ser estable en el tiempo, que cuando lo que se está comenzando a manifiestar es un episodio aislado. Los episodios aislados pueden venir precedidos o no de estos aspectos, o incluso ser muy sutiles. En los casos de un cuadro de esquizofrenia con todos los “ingredientes” estos síntomas sí se evidencian de forma notoria. Por ello, tras el episodio también podemos preguntar a la persona y a su familia acerca de esos aspectos, para poder estimar mejor el pronóstico.
Cuando la persona ha desarrollado esquizofrenia podría presentar todas las características comentadas de manera más acentuada, además de algunas otras como son la falta de iniciativa y de disfrute, la obsesión con determinados temas, la experimentación de delirios y de alucinaciones, etc.
Relación con el consumo de drogas Cannabis3. Las personas consumidoras de cannabis tienen dos veces más riesgo de desarrollar esquizofrenia que las no consumidoras.
– ¿Se puede desarrollar esquizofrenia por consumo de drogas?
– Sí. Los estudios así lo revelan. Especialmente y con gran diferencia la sustancia que más favorece este desenlace es el cannabis, seguido de la cocaína, que también promueve el pensamiento de tipo paranoide.
Las personas consumidoras de cannabis tienen dos veces más riesgo de desarrollar esquizofrenia que las no consumidoras. Aunque, insistimos, la esquizofrenia en estos casos nunca se desarrolla únicamente por consumo de drogas. Se trata de un desenlace en el que interviene una interacción entre el consumo de sustancias y otros factores. Pero, sí es cierto que las drogas son un factor muy importante, de mucho peso especialmente en determinados casos, que unido a otros factores facilitará que se desencadene tanto la sintomatología psicótica como la de tipo negativo y de desorganización cognitiva.
4. Aunque existe una relación entre consumo de drogas y esquizofrenia, ésta depende también de otros factores; es decir, no responde a una lógica de causa-efecto.
– En todo caso, ¿cuál es la relación entre el consumo de sustancias y el desarrollo de esquizofrenia?
– Que existe una relación entre consumo de sustancias psicoactivas y esquizofrenia es innegable. Lo que todavía está en debate es si esta relación puede responder al hecho de que las personas que ya tenían una predisposición para el desarrollo de esquizofrenia hacen un uso más frecuente de las sustancias que la población que no tiene esa predisposición. Personalmente, me decanto por ambas cosas: las personas con vulnerabilidad a la esquizofrenia tienden a consumir, y al mismo tiempo el consumo facilita las alteraciones neuropsicológicas necesarias para el desarrollo de psicosis.
Pero el hecho de que se desencadenen los síntomas y los episodios cuando la persona consume, y que con un mayor consumo se desarrollen en mayor medida, es algo que apunta claramente en una dirección: consolidar esta relación que nos preguntamos si es causal. Además, existen estudios sobre cómo el consumo de cannabis disminuye la materia gris y el tamaño del hipocampo, unas alteraciones que precisamente se sabe que presentan las personas con esquizofrenia.
El problema es que tenemos la necesidad de establecer “la causa”, “la explicación”, y eso pocas veces se da de forma tan directa en la Naturaleza. La explicación normalmente es una situación, un contexto en el que se cumplen determinadas características. Pocas veces en la salud mental, y en los fenómenos naturales en general, la explicación consiste solo en un elemento. Por ejemplo, si nos preguntamos ¿por qué ha llovido? La respuesta es: porque se han dado una serie de factores al mismo tiempo.
LSD, cocaína y otras drogas5. La aparición de esquizofrenia en algunos casos se asocia con el consumo de porros, pero también con cocaína y LSD.
– ¿Qué drogas pueden causar esquizofrenia?
– La esquizofrenia se ha asociado sobre todo al consumo de cannabis, pero también al de cocaína, al de LSD… Pero no podemos decir que estas sustancias “causen” per se esta enfermedad, sino que ponen a la persona en una mayor vulnerabilidad a desarrollarla, si se cumplen otros factores personales y de contexto. Es decir, que contribuyen en cierta medida al “desarrollo de”. De hecho, a la hora de estudiar científicamente qué causa la esquizofrenia, existen muchas dificultades para aislar los factores, que están muy entremezclados. Hay asociaciones, relaciones, pero poca confirmación longitudinal del tipo causa-efecto con un buen control de variables.
– Y en sentido inverso, el consumo de sustancias o las adicciones ¿cree que puede estar inducidas por una enfermedad o trastorno mental previo? ¿Podría darnos ejemplos?
Sí, por supuesto. Como comentábamos antes, es una conducta que puede deberse a determinadas características de predisposición, pero también a un trastorno mental ya establecido. Muchos desórdenes mentales hacen que la persona busque el consumo como una especie de medicación, para paliar ciertas alteraciones, o como una sedación. Por ejemplo, las personas con TDAH o con TLP son más tendentes al consumo de drogas y de alcohol.
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Tratamiento de la esquizofrenia conjunta a la adicción
6. En España, la esquizofrenia relacionada con adicciones se trata con antipsicóticos. En otros países se aborda de forma comunitaria, con mejores resultados.
– ¿Cómo se trata la esquizofrenia asociada al consumo de drogas?
– Depende mucho del caso y también del profesional, del enfoque y de la institución que lo aborde. En general, lo más habitual es perseguir que la persona, desde el momento de ingreso o de diagnóstico, ya no consuma, esté “limpia”, bajo control. Además, lo que se suele utilizar es básicamente medicación antipsicótica. Este es el patrón de actuación clínica más común actualmente.
Ahora bien, esto es muchas veces contraproducente. Pone a la persona en un rol pasivo y, de alguna manera, puede estar perpetuando las causas de la problemática, la cual, aunque “bajo control”, continuará presente. Se debería proceder de forma muy distinta, como lo están haciendo en otros países y de manera exitosa.
El enfoque basado en la medicación antipsicótica pone a la persona en un rol pasivo y, de alguna manera, puede estar perpetuando las causas de la problemática, la cual, aunque “bajo control”, continuará presente.
Clara Morgades-Bamba. Psicóloga especialista en «Esquizofrenia por drogas»
En países con menores recursos, donde tienen menos acceso al consumo de fármacos, lo abordan de una manera diferente, más psicosocial, más integral, más promotora de lo positivo, de lo que protege, de lo que empodera, de lo que promueve la salud mental y cubre las carencias que estaban llevando a la persona al consumo y a “la locura”, si se permite la expresión. Es un enfoque más guiado a la recuperación del bienestar y de la funcionalidad que a la eliminación del síntoma o del consumo. Se trata de perseguir lo mismo, pero por la vía de lo que sí queremos alcanzar, en lugar de eliminar lo que no queremos que esté. En definitiva, es el enfoque que deseamos siempre que interioricen los pacientes y que, por ejemplo, empleamos para la eliminación de la ansiedad.
Quizá la cultura del mundo enriquecido necesite un poco de terapia, porque resulta que la tasa de recuperación de estos cuadros clínicos es muchísimo más alta en los países empobrecidos que en los países enriquecidos, con todos sus avances tecnológicos y farmacológicos. Tras la observación de esta evolución a lo largo de los años, países como Finlandia y Noruega ya implementan una intervención únicamente psicológica, libre de medicación. También se está testando en EEUU y Reino Unido. Poco a poco va extendiéndose este nuevo enfoque de tratamiento que algunos profesionales también promovemos en países como España.
Pero independientemente de la utilización de antipsicóticos como coadyuvantes o como eje central del tratamiento, lo importante es que la persona cobre conciencia de la severidad de la problemática que está presentando, y que sea ella la que quiera tomar las riendas de la situación. Esto es, que adopte un papel activo. Es lo más importante tanto para la superación de la adicción como del trastorno de esquizofrenia.
Muchas veces, las personas quieren volver a la normalidad, “estar bien”, así como abandonar el consumo y sencillamente sienten que no pueden. Y los familiares también quieren lograr ese objetivo, pero no saben cómo ayudar. Lo más importante es ponerse manos a la obra y encontrar un buen profesional, especialista en el área y con el que la persona afectada tenga una buena sintonía. A veces puede ser beneficioso que la persona abandone su contexto porque en no pocas ocasiones es un factor de mucho peso para el desarrollo de ambas patologías. Y si la persona hace un esfuerzo, pero el contexto sigue igual, puede muy probablemente frenar su avance y resultará frustrante.
A veces puede ser beneficioso que la persona abandone su contexto porque en no pocas ocasiones es un factor de mucho peso para el desarrollo de ambas patologías.
Clara Morgades-Bamba. Psicóloga especialista en «Esquizofrenia por drogas»
Si es necesario, el paso por determinadas instituciones puede ayudar mucho a este cambio, en determinados casos. Puede suponer un antes y un después para la persona, para que salga totalmente renovada. Sin embargo, al igual que a la hora de buscar un profesional, es muy importante encontrar un lugar que sea adecuado, donde haya verdaderos especialistas, y donde la persona se sienta bien. Si no, también puede ser contraproducente.
En definitiva, se ha de tratar de manera paralela la sintomatología de esquizofrenia, adicción, y sus causas, que muchas veces son coincidentes. No se puede dejar de lado una cosa para centrarnos en la otra, y desde luego el abandono del consumo es un requisito esencial para la recuperación de la esquizofrenia en casos de adicción.
También debemos trabajar desde el principio haciendo un gran hincapié en la prevención del autoestigma o estigma internalizado, porque genera sintomatología depresiva que dificulta el abandono del consumo. Y además de trabajar en la autogestión y reducción de los síntomas, hacerlo en la construcción de un buen estado de salud mental. Recordemos que la salud no es sólo ausencia de patología, sino presencia de bienestar y salubridad.
Problemas de salud mental previos7. El consumo compulsivo, que puede desencadenar esquizofrenia o psicosis, advierte de la existencia indudable de un desorden o trastorno psicológico que debe tratarse
– Los especialistas en Patología Dual indican que las adicciones siempre están asociadas a un trastorno mental, una apreciación que resulta “chocante” para muchos familiares. ¿Qué reflexión hace usted al respecto?
– Todos estos debates y cuestiones que giran en torno a la salud mental nos llevan a centrarnos en el concepto, a preguntarnos primero sobre de qué estamos hablando. Quizá cada uno habla de una cosa cuando dice trastorno mental y por eso tienen enfoques distintos. Si una parte se refiriere con esto a una especie de enfermedad, como pueden ser las enfermedades físicas, claro que les va a chocar relacionar adicciones con “trastornos mentales”. Van a pensar: “que me tome no sé cuántos gintonics y se me haya ido de las manos y al final me haya hecho adicto al alcohol, no significa que yo sea o pueda ser un enfermo mental”.
Ahora bien, si nos basamos en la visión actualizada y sustentada por la Ciencia sobre que más que de enfermedades se trata de desórdenes o alteraciones, no hay duda de que tu salud emocional, mental, está afectada cuando tú recurres a tomar un gintonic detrás de otro. Por mucho que haya una explicación de tipo social, contextual, o lo que sea, algo está fallando en tu interior.
Por tanto, cuando una conducta se vuelve adictiva y se pone por encima de áreas esenciales de la vida de la persona, es porque de algún modo le sirve, le compensa. Si no, habría cierta alarma que le haría a la persona reaccionar. Pero lo que se mantiene en el tiempo responde a que cumple una función. A menudo esta apunta a evitar que determinadas emociones salgan a la luz, paliar cierto estado de ansiedad, evadirse de cosas que sobrepasan y no se está dispuesto a afrontar, etc. Determinadas cuestiones o asuntos en tu interior no están siendo bien gestionados y tu salud mental se resiente. Se resiente al rendirse a una adicción, dejando en parte de tener el control sobre tus actos y poniendo el piloto automático, aunque creas que decides consumir o realizar la conducta adictiva en cuestión.
Aunque los humanos somos animales conscientes y las comparaciones deben hacerse hasta un cierto punto, recordemos que, a pesar de que algunos animales en experimentos de laboratorio consumen hasta morir de sobredosis (también pueden comer hasta morir), ni siquiera un animal que cuenta con el contexto, la salud y el bienestar suficiente muere de sobredosis o sobreingesta.
No hay duda de que tu salud emocional, mental, está afectada cuando tú recurres a tomar un gintonic detrás de otro. Por mucho que haya una explicación de tipo social, contextual, o lo que sea, algo está fallando en tu interior.
Clara Morgades-Bamba. Psicóloga especialista en «Esquizofrenia por drogas»
La diferencia reside en la idiosincrasia de cada caso particular. En algunos, la persona ha desarrollado un cuadro de ansiedad, o del tipo que sea, sobrepasando los límites que lo hacen ser diagnosticable por cumplir los criterios necesarios y por afectar de manera clínicamente significativa a su vida; y, después o, además, desarrolla la adicción. En otros casos, la persona desarrolla la adicción y, al mismo tiempo, o después, otro cuadro. Y luego hay otros casos donde sólo se percibe la adicción, pero porque quizá otro cuadro no ha terminado por manifestarse hasta un nivel clínico, aunque podría haberlo hecho, y la adicción lo ha aplacado.
Por todo esto, resulta importante recordar que el trastorno no es algo categórico que en determinado momento aparece, sino que es una cuestión de grado: la persona puede encontrarse en un punto u otro del continuo. Se considerarán patológicas si las alteraciones pasan el umbral de afectación: por intensidad, por frecuencia, por interferencia en la vida…
Al final, tanto el desarrollo de la adicción como de la psicosis representa un “explosionar” de problemas previos de ansiedad, depresión, traumas o duelos no bien gestionados, etc. De ahí la importancia de actuar en cuanto la salud mental se resiente en lugar de concebir acudir a tratamiento como un lujo o como una necesidad extrema cuando el problema ya se ha desarrollado.
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Redacción



Equipo Adictalia
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20 comentarios
- A.J. Camarasa 13 Feb • 03:28
Lo primero y principal daros a todo el equipo las gracias por abrirnos los ojos a las personas que padecemos estos problemas sin saberlo, soy padre de una niña de quince años y marido de una mujer maravillosa, pero, y aquí está el problema, soy adicto al spit más de veinte años. Por poneros en situación semanalmente son más los días que si. En el año 92 tras el servicio militar necesité terapia por el consumo de costo, también he tenido la mala suerte de encadenar 4 muertes en muy poco tiempo, una de ellas mi hermano menor con 37 años , por lo cual estuve tres meses de baja por depresión……… acortando a mediados del año pasado se marcharon de casa volviendo a la semana dispuestas a ayudarme. Empezamos los tres juntos con una sicóloga terapia de familia y fue para todos desastroso, sobre todo para mí qué me enteré de sus bocas con la verificación de la sicóloga del monstruoso trauma que les he creado. Ahora voy a terapia yo solo, mi pregunta es si ellas deberían ir por su cuenta y si conocéis algún caso similar a este que lo hayan superado? GRACIAS
- Maria Susana Galarza Schimpf 13 Nov • 20:14
Excelente!!
Muy didáctico!
Gracias por su ayuda!!- Marisol 15 Sep • 01:08
Gracias si conozco una persona que tenga esquizofrenia también puede causar un golpe en la cabeza al nacer
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