ENTREVISTA AL MÉDICO ANTONIO PEÑA IZQUIERDO
¿Qué es el hígado graso alcohólico?
La respuesta a si se puede curar la esteatosis alcohólica
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El hígado graso alcohólico es una de las primeras y más importantes afecciones derivadas del consumo abusivo de alcohol. Es muy poco probable que persona bebedora de riesgo o, directamente, alcohólica, tenga este órgano como si no hubiese ingerido nunca esta sustancia. Pero no son sólo las personas bebedoras de alcohol las que desarrollan hígado graso, también lo hacen quienes presentan otras características físicas y orgánicas, así como otras patologías. Por eso es conveniente diferenciar cuándo se pierde funcionalidad hepática por motivos de ingesta etílica o por otros factores.
Para ello, hemos consultado sobre las características, consecuencias y tratamiento del hígado graso con un médico especializado en adicciones como el alcoholismo, el doctor Antonio Peña, quien forma parte de la plantilla de uno de los centros de desintoxicación asociados a Adictalia.
Diferencia entre hígado graso alcohólico y no alcohólicoDiferencia entre hígado graso alcohólico y no alcohólico
Patología hepática por consumo de alcohol vs por otros motivos
– ¿Qué es el hígado graso alcohólico?
– Hay que diferenciar entre lo que es un hígado graso no alcohólico y un hígado graso alcohólico. Un hígado graso no alcohólico es aquel que acumula grasas y destruye los hepatocitos, las células hepáticas. Esto se conoce como esteatosis hepática no alcoholica y está causada por el sobrepeso, entre otros factores, incluyendo los genéticos. Mientras que el hígado graso alcohólico se conoce como hepatopatía alcohólica, implica la destrucción de las células hepáticas y su disfunción, y se produce por consumo excesivo de alcohol.
Son dos patologías distintas, pero prácticamente con la misma sintomatología y que acaban en la misma enfermedad: una cirrosis hepática.
– ¿Cuál es la diferencia entre hígado graso alcohólico y cirrosis etílica?
– Una esteatosis hepática alcohólica, o sea, un hígado graso, si no se trata para evitar su evolución, al final acaba manifestando una cirrosis hepática (después de pasar por el estadio de una hepatitis alcohólica).
Una hepatopatía alcohólica es un hígado cuyos hepatocitos se van destruyendo por el efecto del alcohol. Los hepatocitos son células encargadas de generar la bilis que interviene en la descomposición y metabolización de los alimentos y otras sustancias cuando pasan por el estómago. Es decir, que es un hígado que primero presenta lesiones, y que, al final, acaba en una cirrosis hepática, que implica una destrucción avanzada, total, de los hepatocitos.
El hígado es el encargado de metabolizar el alcohol para poder expulsarlo. Al hacerlo, las sustancias que se forman son perjudiciales, destructivas, para las células hepáticas.
Hay dos caminos distintos de llegar a desarrollar la enfermedad de la cirrosis alcohólica: bien por una hepatopatía alcohólica, un hígado graso, o bien por causas no relacionadas con el alcohol, como: una hepatitis fulminante que esté afectando a los hepatocitos; obesidad; diabetes; entre otras.
Consecuencias– ¿Cuáles son las consecuencias del hígado graso alcohólico?
– El hígado es un filtro, hablando en términos sencillos. Para establecer una analogía, es como si fuera el filtro de aceite de un motor. Es el encargado de filtrar las grasas de los alimentos y, por ejemplo, la gran mayoría de los medicamentos. La manera de eliminar muchos de estas sustancias se da por medio de la vía hepática. Si estamos tomando esos fármacos y el hígado no tiene capacidad de filtrar como es debido porque está afectado por una esteatosis o una cirrosis, esas sustancias van a hacer muchísimo más daño al organismo que el beneficio por el cual se las toma. Lo mismo ocurrirá con cualquier tipo de droga, como el alcohol, u otro producto que se elimine a través del hígado.
Pero, además, el hígado no solo se encarga de destruir grasas, sino que también ayuda al organismo produciendo sustancias necesarias para metabolizar los alimentos. Estamos hablando de un órgano fundamental para la vida. De hecho, el hígado no se regenera, o sea, que cuando se va afectando, el daño es crónico. Entonces, a la persona solo le queda impedir que esa afección siga avanzando. Y si ocurriera, al final hay que cambiar el hígado, es decir: un trasplante hepático.
TratamientoEliminar el hígado graso alcohólico: ¿Es posible?
Tratamiento para la esteatosis por consumo de alcohol
– ¿Cómo se cura el hígado graso alcohólico?
– No existe cura para el hígado graso. Existe la manera de evitar que siga avanzando, evolucionando. Es verdad que un hígado que está afectado y no se encuentre en estado avanzado, es decir, que tiene una poca cantidad de órgano perjudicado, puede funcionar si la persona lleva una vida sana. Esto es, una vida en la que evite consumir cualquier tipo de tóxicos, desde alcohol a otras drogas, medicamentos hepato-tóxicos, comidas altas en grasas y fritas… En ese caso la persona podría hacer una vida normal.
Pero claro, si sigue avanzando la destrucción del hígado, acabará en cirrosis hepática, con consecuencias como:
- Problemas para eliminar el líquido
- Ascitis, que es la acumulación de líquido en la cavidad abdominal
- Neuropatía tóxica: hepatopatías que pueden afectar al cerebro
- Y otras enfermedades que pueden ir avanzando debido precisamente a una afectación del hígado.
– ¿Cuáles son los síntomas del hígado graso alcohólico?
– El hígado es un órgano que es muy silente, o sea, que no presenta una sintomatología muy clara en cuanto a provocar dolor notable, como puede ocurrir cuando existe un cólico biliar, por ejemplo.
Los síntomas del hígado graso pueden ser:
- Un pequeño malestar en el flanco derecho
- Problemas con la digestión de algunos alimentos
- Ictericia: color amarillento, pajizo, en la piel y en las mucosas, sobre todo, oculares. Esto ocurre por la no eliminación de la bilirrubina, cuando la afección está avanzada.
- Oscurecimiento de la orina.
- Pastosidad y tono amarillento de las heces fecales.
- Debilidad. Dificultad para realizar ejercicios y movimientos, la persona se vuelve mucho más lenta.
- Ascitis: inflamación del vientre por acumulación de líquido a nivel del abdomen.
Es, en todo caso, una sintomatología que pasa muy desapercibida al principio. Luego, cuando la afección avanza, se torna más llamativa.
Diagnóstico– ¿Cómo se diagnostica el hígado graso, quién lo hace y dónde?
– Hay que acudir a una consulta médica, donde, tras analizar la sintomatología que presenta la persona, se le realizan una serie de pruebas de laboratorio que dirigen al diagnóstico. Estos análisis pueden revelar un aumento de las transaminasas o un aumento de la bilirrubina. Si el diagnóstico sigue poco claro, se efectúan otras pruebas, como una ecografía abdominal, para observar si el hígado está demasiado inflamado. La exploración hepática resulta fundamental. Y en un estadio muy avanzado, se realiza una punción hepática, para tomar muestra y llevarla a laboratorio, con el fin de valorar la anatomía patológica.
Hígado graso: La cantidad de alcohol y el tiempo de ingesta
– ¿Cuánto alcohol y durante cuánto tiempo puede ser perjudicial para el hígado?
– Es fundamental hacer ver que la única manera de evitar que el hígado graso siga evolucionando consiste en no beber alcohol. O sea, el alcohol es uno de los productos que más destruyen el hígado. Así que, por supuesto, si alguien tiene sospecha de que puede llegar a sufrir una patología hepática, es fundamental abstenerse de tomar alcohol. En un hígado graso alcohólico, lo primero que se prohíbe terminantemente es esto.
Las recomendaciones para detener la evolución del hígado graso son:
- Dejar de beber alcohol, en primera instancia y de forma terminante
- Ejercicio moderado
- Evitar aumentar de peso
- Comer sano, quitando grasas, fritos, etcétera.
Pero lo del alcohol es fundamental ante la mera sospecha de una patología hepática.
– ¿Y existe una cantidad alcohol y un tiempo mínimos para que el hígado se vea afectado?
– Por muy poco que bebas alcohol y muy poco tiempo que lo hagas, te afecta. Es verdad que hay personas a las que les daña más rápidamente que a otras. Parece que hay quienes tienen más capacidad de metabolizar la sustancia. Sin embargo, evidentemente, el alcohol siempre afecta en algún grado.
– ¿Hombres y mujeres tiene la misma predisposición a desarrollar hígado graso alcohólico?
– Claro. La cultura de una sociedad muy machista como esta parece querer indicar que no ha habido nunca alcohólicas y que siempre hemos sido los hombres los que hemos padecido la enfermedad del alcoholismo. Hoy se está viendo, desgraciadamente, un aumento importante en la aparición de mujeres alcohólicas. Y observamos que la enfermedad aparece tanto en hombre como en mujer. Pero en esta sociedad centrada en estudiar las patologías que afectan al hombre, hasta ahora parecía que las enfermedades relacionadas con el alcohol eran cosa del género masculino. Esto es un tópico que no tiene ningún sentido.
Medicación– ¿En el tratamiento del hígado graso alcohólico se usa medicación?
– Hay medicamentos que ayudan a eliminar la transaminasas más fácilmente, pero, insisto: no hay ningún medicamento que sea capaz de regenerar el hígado. Lo único que podemos hacer es una profilaxis, es decir: evitar que el hígado siga destruyéndose. La prevención del hígado graso pasa por lo que comentamos antes: una dieta sana, evitar grasas fritas; sobre todo, evitar beber alcohol; realizar ejercicio moderado; evitar aumentar de peso.
Prevenir su evolución es lo mejor que puedes hacer con respecto del hígado graso. Pero cuando se destruye es irreparable, no lo vas a regenerar nunca más. Ahora, con una pequeña parte del hígado en buen estado, si te cuidas podrás vivir de una manera sana. Pero en el momento en que se ha destruido por completo, la única posibilidad que tenemos de remediarlo, actualmente, consiste en un trasplante hepático.
PeligrosLo que pasa si tomo alcohol y tengo hígado graso
Consecuencias de ignorar el tratamiento para la esteatosis alcohólica
– ¿Qué pasa entonces si una persona con esta afección sigue bebiendo alcohol?
– Al final, las complicaciones del hígado graso pueden ser mortales. Además, con las carencias que tenemos de donantes de órganos, es imposible pensar que pueda tener más opción de recibir un hígado una persona alcohólica o bebedora de riesgo que otra persona que no lo es y necesita un trasplante. Porque sabemos que la persona alcohólica aportará todo de su parte para acabar de destruir el hígado nuevo, así que no tiene mucho sentido.
– ¿Sufrir de alcoholismo implica necesariamente tener un hígado graso?
– Una persona alcohólica acaba, con seguridad, con una esteatosis hepática, esto es, con un hígado graso alcohólico o una hepatopatía alcohólica, una lesión por consumo abusivo de alcohol. También acaba con una hepatomegalia importante, esto es, un agrandamiento del hígado por encima de su normalidad. En definitiva, termina destruyendo este órgano.
No pensemos jamás: “hay personas que somos capaces de beber alcohol y no tenemos problemas de hígado”. Eso no es cierto. La persona que bebe, más tarde o más temprano, va a desarrollar la enfermedad hepática, no hay vuelta atrás. La patología del hígado graso empieza con la primera toma de contacto con el alcohol y acaba con la destrucción de este órgano, si no se reacciona a tiempo. Es impensable que alguien pueda beber durante toda la vida y mantener el hígado inalterado.
Creo que lo más importante es hacer una buena profilaxis y hacerle ver a la población que realmente el consumo de alcohol conduce, entre otras cosas, como la adicción, a la enfermedad hepática. Una hepatopatía alcohólica es una enfermedad muy grave.
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Redacción



Equipo Adictalia
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