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Pisos tutelados para adicciones

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Viviendas terapéuticas urbanas para tratar la adicción

A diferencia de las comunidades terapéuticas, los pisos tutelados o terapéuticos son dispositivos residenciales urbanos donde conviven una cantidad reducida de personas que sufren adicción, y pueden tener régimen más o menos abierto. Este grupo se encuentra siempre monitorizado, aunque en diferente grado según el estadío de su enfermedad, por un equipo terapéutico.  

Estos pisos se encuentran en entornos residenciales normales y su gestión puede ser privada o pública, como este ejemplo de la Generalitat Valenciana. En el caso de los pisos de carácter público, la derivación o posibilidad de acceso dependerá de la burocracia sanitaria y la disponibilidad de plazas, que suele ser limitada para atender la gran demanda de tratamiento para adicciones. En el caso de los privados, encontramos un amplia variedad tanto en precios como en tipología.

Tipos de pisos tutelados para drogodependientes

Ahora bien, dentro del universo público y privado de pisos terapéuticos coexisten varios tipos, que responden a los momentos y necesidades terapéuticos en los que se encuentren las personas con adicción:

Pisos terapéuticos intermedios

Estos alojamientos se destinan a personas que se encuentran en una fase de tratamiento avanzada de su adicción, y que ya han superado la desintoxicación y deshabituación a la sustancia o conducta. Por tanto, no es necesario que estén alejadas y aisladas. Aunque sí monitorizadas las 24 horas por un equipo especializado y sin ostentar consumo activo, es decir, que hayan conseguido la abstinencia total.

En este caso, los pisos terapéuticos tienen como objetivo preparar los primeros pasos para la reinserción social de las personas que sufren adicción y que han logrado controlarla y mantener la abstinencia. Facilitan la toma de contacto con la sociedad tras la reclusión consentida en una comunidad o centro.

Tanto en el sistema público como privado, la entrada a estos pisos dependerá de la evolución del paciente, definida por el equipo terapéutico.

Quienes viven en estas viviendas van gozando cada vez de mayor autonomía: pueden salir a hacer la compra solos, van al centro donde reciben terapia, salen a pasear… Siempre, claro, tuteladas las 24 horas por especialistas, quienes evalúan su evolución e informan al centro. Además de controlarles el dinero, los profesional conviven en los piso con las personas en fase de recuperación.


Son pisos para personas que se encuentran en una fase de tratamiento avanzada de su adicción; por tanto, no es necesario que estén alejadas y aisladas.


Pisos de reinserción para drogodependientes

Estos dispositivos presentan un régimen abierto con una monitorización mínima por parte de personal terapéutico. El objetivo de los pisos terapéuticos tutelados consiste en servir de antesala de la reinserción a la vida social.

En este sentido, actúan de espacios de entrenamiento social entre el centro de desintoxicación la comunidad terapéutica y la vida plena en sociedad de la persona que ha conseguido mantener a raya la adicción. Son lugares donde se desarrolla la fase de reinserción social.


Las personas en esta etapa llevan tiempo sin consumir y han conseguido internalizar valores de vida que las mantienen emocionalmente estable y sin la necesidad de recaer.


Si bien existen pautas de convivencia y las personas continúan asistiendo a terapia, el equipo profesional que las tutela no duerme en los pisos ni les monitoriza durante todo el día. Las personas en esta etapa llevan tiempo sin consumir y han conseguido internalizar valores de vida que las mantienen emocionalmente estable y sin la necesidad de recaer.

Pisos tutelados de desintoxicación

A diferencia de los anteriores, estos pisos terapéuticos cumplen la función de lugar de residencia para personas que se encuentran en la fase inicial: la desintoxicación del organismo. Pero que, por alguno de los motivos que exponemos a continuación, no son ingresados en centros o comunidades terapéuticas.

Pueden ser derivadas a estos pisos terapéuticos quienes presentan dificultades para pasar la abstinencia sin acusar síntomas graves, lo que se conoce como síndrome de abstinencia. En estos casos, se requiere un equipo multidisciplinar (médicas, enfermeras, psiquiatras) que pueda atender las reacciones orgánicas por abandonar el consumo. Y esto sólo se encuentra en un centro de desintoxicación o comunidad terapéutica.


Una misma familia puede presentar varios integrantes, incluso de generaciones diferentes, que abusan de sustancias o conductas tóxicas. En un entorno así, resulta complejo iniciar un tratamiento de desintoxicación.


A estos pisos también se deriva a personas con estructuras familiar y social disfuncionales, que les impiden o perjudican a la hora de iniciar la desintoxicación en sus casas. La adicción constituye una enfermedad que afecta a todo el entorno y genera relaciones conflictivas. A menudo, una misma familia presenta varios integrantes, incluso de generaciones diferentes, que abusan de sustancias o conductas tóxicas. En un entorno así, resulta complejo iniciar un tratamiento de desintoxicación.

Pisos terapéuticos específicos

Dentro de esta modalidad, en los últimos años se han abierto pisos terapéuticos exclusivos para personas que consumen cocaína. Esto responde a las características que diferencia a quienes sufren esta adicción de otras, así como a las particularidades del tratamiento para esta sustancia.


Los patrones de consumo de cocaína distan del de otras adicciones a sustancias: se produce habitualmente con la ingesta de grandes cantidades de alcohol y en marcos de entretenimiento, sobre todo nocturno.


Por un lado, el tratamiento para la cocaína es eminentemente psicológico. Por otro, los patrones de consumo distan del de otras adicciones a sustancias: se produce habitualmente con la ingesta de grandes cantidades de alcohol y en marcos de entretenimiento, sobre todo nocturno.

Con el desarrollo de la teoría de la patología dual, también están surgiendo pisos destinados a tratar exclusivamente a quienes presentan la comorbilidad de una enfermedad mental grave y una adicción. En estos casos, el tratamiento de esta efermedad debe encontrarse en una fase avanzada. Estos pisos requieren la presencia o asistencia de personal psicológico y psiquiátrico.

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